Si la semana pasada os hablábamos del nuevo Octavia RS, ahora cerramos el círculo con la variante más aventurera del modelo checo: el Scout. Como obvio, adquiere todo el lenguaje de diseño a la que ha sido sometida la berlina, es decir, parrilla más ancha, nuevos paragolpes o faros delanteros dobles con tecnología Full LED en opción. Pero además, el Scout añade un capó más voluminoso y cómo no, una carrocería protegida en su parte inferior por una tira de plástico negra.
En el habitáculo, los cambios se centran en la nueva pantalla que presidirá la consola central y que tendrá un tamaño de hasta 9,2 pulgadas. Incluirá el sistema Skoda Connect, gracias al cual será posible conectarse a servicios como Google Earth o sincronizar el vehículo con cualquier smartphone a través de los sistemas Apple CarPlay y Android Auto. En lo que a practicidad se refiere, el Scout mantendrá su excelente maletero de 610 litros, pudiendo ampliarse hasta los 1.740 cuando se abate la segunda fila.
Novedades mecánicas
Bajo el capó, habrá tres posibilidades, una de gasolina y dos diésel. La principal novedad llega de la mano del 2.0 TDI de 150 CV, el cual ahora podrá combinarse con la caja de cambios automática DSG de siete relaciones, además de con la manual de seis. El resto de opciones se mantienen, es decir, que en diésel estará el 2.0 TDI de 184 CV asociado al cambio DSG, mientras que en gasolina, el único representante es el 1.8 TSI de 180 CV.
Para justificar su carácter off-road, presenta una suspensión que gana 30 milímetros de altura libre al suelo respecto a cualquier otro Octavia Combi, circunstancia que permite que los ángulos de ataque y salida mejoren ligeramente, los cuales son de 16,6 y 14,5 grados, respectivamente. Tampoco hay que olvidar que todos los Scout están asociados al sistema de tracción integral que funciona mediante embrague Haldex de quinta generación, en combinación con un sistema de bloqueo del diferencial y el control de descenso de pendientes.