Parafraseando a Edith Piaf en su maravillosa canción de amor “Rolls consigue que en nuestros corazones ente una parte de felicidad de la que conozco la causa”. Sí, porque el fabricante de lujo británico nos ha vuelto a sorprender con una de esas creaciones que consiguen que el “corazón nos lata de emoción”.
En esta ocasión se trata del Phantom Sunrise, un ejemplar único desarrollado por su artesanal departamento Bespoke y que, partiendo de la carrocería de batalla larga (Long Wheelbase), nos trae este exclusivo modelo cuya principal singularidad se centra en la pintura de su carrocería.
Un color especial que incorpora una serie de pigmentos que son capaces de atrapar los rayos del sol para que su tonalidad rosada siga resaltando incluso cuando hay poca luz. Un tono rosado que le sienta como anillo al dedo y que se combina a la perfección con el oro, material que está presente en el ‘Espíritu del Éxtasis’, el conocido logo que representa a la marca inglesa.
En el habitáculo, además de contar con un amplio espacio, el cual hay que agradecer a los 3,82 metros de batalla y los 6,09 metros de carrocería, no faltan tampoco elementos distintivos como puertas, salpicadero y asientos revestidos en cuero, estos últimos también con ribetes en el color de su carrocería, inserciones de madera y todos los lujos que se espera a un vehículo de estas características.
Y todo ello alimentado por el motor V12 de gasolina que entrega 460 CV de potencia y que se acopla a una transmisión automática de ocho velocidades. Si ya lo decía la artista francesa: “cuando me coge entre sus brazos y me habla bajito, veo la vida en rosa”.