Llegará en diciembre. Se ha hecho de rogar, pero por fin Renault ha desvelado en el Salón de Fráncfort, que se celebra del 12 al 24 de septiembre, la cuarta generación del Mégane R.S. El compacto de altas prestaciones no solo llama la atención por su impactante diseño, sino también por su entramado mecánico y dinámico.
Desarrollado exclusivamente por el departamento Renault Sport (del que adquiere sus silgas), el Mégane R.S. únicamente estará disponible con carrocería de cinco puertas. Eso sí, a diferencia del resto de la gama, ofrece un aspecto más robusto, marcado por unos pasos de rueda ensanchados en 6 centímetros en su parte delantera y en 4,5 en su zaga, bajo los cuales se podrán montar unas llantas de aleación hasta de 19 pulgadas (de serie viene con unas de 18).
Otros detalles que le diferencian son las nuevas luces antiniebla con tres diodos, el paragolpes delantero específico con una toma de aire más voluminosa, una parrilla en forma de nido de abeja, tomas de aire laterales, alerón trasero rediseñado para ofrecer una mayor carga aerodinámica o un difusor trasero de grandes dimensiones en donde se aloja una enorme salida de escape trapezoidal que, a buen seguro, evitará que pase desapercibido. Y por si eso no fuera suficiente, Renault ha decidido que el característico color amarillo Sirius (que también da forma a la escudería de F1) esté acompañado de otro tono igual de llamativo, como es el Orange Tonic de las imágenes.
Nuevos displays
Por dentro, el nuevo Mégane R.S. también destila deportividad. Aquí, el protagonismo se lo llevan los asientos deportivos con reposacabezas integrados y tapizados en tela con trama de carbono o en Alcantara, pedales y pomo del cambio rematados en aluminio, pespuntes en rojo… Sin embargo, lo más destacado son las nuevas pantallas informativas R.S. Monitor que se integran en el sistema multimedia R-Link 2, el cual proporciona datos en tiempo real y permite conectar una cámara para luego compartir las imágenes o vídeos con otros conductores afines a Renault Sport, pudiendo comparar su conducción en circuito.
Dos niveles
Pero más allá del aspecto estético, que recordemos siempre es importante en la adquisición de un vehículo, este Mégane R.S. pretende destacar por lo que ofrece una vez se ponga en marcha. Para ello, el primer punto determinante es el motor. Para esta generación, Renault ha optado por el bloque de gasolina 1.8 TCe con turbocompresor de doble entrada (twin scroll turbo) que entrega 280 CV y 390 Nm de par. Esto suponen 5 CV y 30 Nm más, respectivamente, que el anterior Méganr R.S. Trophy con motor de 2.0 litros.
Y ya que mencionamos el Trophy, decir que Renault tiene preparada dicha variante para finales del año que viene, con una potenciación del motor que llegará a los 300 CV y los 400 Nm de par. No sabemos si ésta podrá ir asociada a la caja manual de seis relaciones, pero los R.S. sí que lo harán. En opción, además, también estará disponible la automática EDC de seis relaciones, la cual, cuenta con una función Launch Control para asegurar una aceleración más efectiva.
En el apartado dinámico, como venía ocurriendo hasta ahora, el Mégane R.S. estará disponible con dos tipos de chasis: Sport y Cup. El primero está enfocado para el día a día, mientras que el segundo ofrece una puesta a punto más radical, perfecta para el circuito. Del mismo modo, se mantiene el diferencial Torsen de deslizamiento limitado, así como el esquema de suspensión más firme, con barras estabilizadoras, muelles, amortiguadores y topes rediseñados. El equipo de frenos está firmado por Brembo y monta discos de 335 mm en el eje delantero aunque en opción aparecen discos de hierro o aluminio.
Pero quizá lo más importante es, sin lugar a dudas, el sistema de dirección a las cuatro ruedas, 4Control, único en su segmento y que promete un comportamiento de 11 sobre 10.