Este Insignia 2.0 mantiene sus tres carrocerías, 4 y 5 puertas, familiar -Sports Tourer-, sigue contando con una variante OPC y cambia la nomenclatura de su versión campera, pasando a denominarse Country Tourer en lugar de Cross Four. El exterior nos deja algo frío ya que las diferencias con su predecesor no son tan exageradas como a priori pensábamos. De hecho son los cambios típicos de los restyling: un frontal más afilado, faros más estilizados, una nueva parrilla y una zaga continuista en donde el único cambio reseñable es la nueva arquitectura de los faros -idéntica a la del Cabrio-.
Sin embargo, todo cambia al entrar en el habitáculo. Desde el primer vistazo se perciben las diferencias. Los ojos se centran, inevitablemente, en la consola central al ser la que mayores modificaciones ha recibido. Se han redistribuido los botones y otros se han sustituido por comandos táctiles, como la climatización -que ahora resulta menos intuitiva-. La pantalla central crece y ahora llega hasta las 8 pulgadas. El volante también recibe cambios e incluye más funciones, como el regulador de velocidad activo, Bluetooth.... El cuadro de instrumentos se ha digitalizado e incrusta una pantalla a color donde se refleja la navegación. Por lo demás, se añaden nuevos acabados en cuero, asientos deportivos y un elenco de sistemas de asistencia y seguridad que ahora reubica el radar -Opel Eye- y lo coloca en la parte frontal, oculto tras la parrilla.
En lo que a motores se refiere, la principal novedad es la llegada de los 1.6 y 2.0 SIDI de inyección directa de gasolina y turbo que entregan 170 y 250 CV, respectivamente. La gama de gasolina se completa con el 1.4 Turbo de 140 CV; mientras que en las versiones diesel, todas basadas sobre el bloque 2.0 CDTI, las novedades se refieren al 120 y 140 CV que se unen a los ya existentes de 160 y 195 CV, este 'ultimo denominado BiTurbo por su sistema de doble turbo. Todos se asociarán a una transmisión manual de seis velocidades o a una automática también de seis.
Durante la toma de contacto condujimos el 1.4 Turbo. Destaca su finura e insonorización, además de ofrecer un empuje excelente desde las 1.700 rpm y todo ello con un consumo bastante contenido: 5,2 l/100 km. El tacto del cambio es algo duro y la respuesta es algo lenta, sobre todo a bajas rpm. En cuanto a comodidad, la suspensión filtra perfectamente las irregularidades aunque nuestra unidad montaba unas innecesarias llantas de 20" sobre neumático 235/45 R20 que lo único que consiguen, además de vaciar nuestros bolsillos, es reducir el confort..
Deportivo o de campo
Paralelamente, el Insignia cuenta con dos versiones, ambas muy distantes la una de la otra. La primera es la variante OPC, la más potente de la gama, pues monta un 2.8 V6 Turbo de 325 CV. Tuvimos una breve toma de contacto y las sensaciones se mantienen con respecto a su predecesor, aunque quizá lo hayamos notado un poco más subvirador -tendencia a irse de morro- cuando se entra algo rápido en la curva.
Por su parte, el Country Tourer ofrece una carrocería protegida en toda su parte inferior, una suspensión 20 mm más elevada que la del Sports Tourer y un sistema de tracción controlado por un embrague tipo Haldex y un diferencial autoblocante que reparte el par entre ambos ejes, pudiendo llegar incluso a contar con un 100% en el delantero. Esta versión solo podrá asociarse a los motores diesel de 163 y 195 CV.
