Llega al mercado después del verano tras pasar unas exhaustivas pruebas para evitar problemas de calidad y de fiabilidad. ¿Todocamino y cabrio? La idea no es nueva, como ya demostró Nissan con su Murano Cabrio que ha estado a la venta en Estados Unidos o Land Rover con el prototipo descapotable del Evoque (cuyo proyecto se ha parado aunque no sería descabellado verlo dentro de un tiempo en la calle). Opel ha retomado esta mezcla de conceptos y las ha fusionado no ya en un todocamino como las anteriores, sino en un utilitario. Y el resultado no puede estar más logrado a tenor de las imágenes oficiales.
Prácticamente calcado al prototipo que Opel presentó en Ginebra en 2013, el Adam Rocks mide 3,70 metros de largo (más que un Fiat 500 o un Skoda Citigo). Las principales diferencias respecto al utilitario Adam del que parte se centran en el apartado estético y es que el Rocks es 1,5 centímetros más alto, distancia que ha ido a parar directamente a la altura libre para tener esas pequeñas cualidades off road que se presuponen, además del techo de lona corredizo que ocupa prácticamente todo el habitáculo. Asimismo, se ha mejorado la línea con las protecciones plásticas que le confieren ese aire campero que ya luce, por ejemplo, el Insignia Country Tourer.
Las nuevas características del modelo han llevado a reajustar diferentes parámetros, como la dirección, la amortiguación o la actuación del control de estabilidad, por no hablar de que el Rocks estrena los inéditos propulsores gasolina de tres cilindros e inyección directa ECOTEC, con potencias de 90 y 115 caballos (éstos pronto estarán disponibles en el Adam así como en otros vehículos de Opel, como el Corsa o el Astra).
A fondo
Según nos han comunicado desde la marca, se ha llevado a cabo un profundo estudio de fiabilidad y calidad en el centro de pruebas en Dudenhofen, Alemania. Allí han puesto a circular varios prototipos con los que se han recorrido 40.000 kilómetros, lo que equivale a unos 160.000 kilómetros en la vida real. Estas ‘mulas’, que luego se han desmontado para comprobar el desgaste de las piezas, se han sometido a test tan exigentes como en una ‘pista de tortura’, en la que en sus 900 metros hay baches, resaltos, piedras, adoquines… Junto a esta ruta, otros análisis se llevaron a cabo en pistas de alta velocidad con pendientes que van del 8% al 30%, con tramos con curvas de muy alto paso, peraltes y de diferentes.