Y es que, adicionalmente a todo lo anterior hay que sumar la eficiencia energética, puesto que ambos tienen un consumo inferior a los 100 litros. Va siendo hora que pierdas miedo a la gasolina porque los coches actuales tienen una relación calidad-precio-eficiencia que nada tiene que ver con turismos que se vendían hace 10 años. Un ejemplo clarísimo es el Citroën C3, con las dos opciones mecánicas Euro 6 de tres cilindros de 82 y 110 caballos, que no pagan impuesto de matriculación y se benefician del plan PIVE.
El VTi de 82 caballos, acoplado a la caja de cambios manual de cinco velocidades, lleva Start&Stop de arranque y parada en las detenciones, activándose cada vez que el coche se para por completo y entrando en funcionamiento en apenas 500 milisegundos, según la marca, tiempo inferior al que se tarda en engranar una marcha. Esta opción consigue 4,3 litros a los 100 de carburante, un valor próximo al de un turbodiésel.
En el caso del VTi de 110 caballos, sustituye al anterior de 120 caballos, algo desfasado ya frente a la competencia. De tamaño más pequeño que éste y, por tanto, con un peso menor debido al ahorro de un cilindro, consigue 205 Newton/metro de par a 1.500 vueltas por los 160 Newton/metro a 4.250 revoluciones que conseguía el de 120 caballos. A pesar de esta ganancia de par, el consumo baja un litro a los 100, de 5,7 a 4,7 litros. El C02 además, pasa de 132 gramos por kilómetro a 107.
Más asequible o más caro
El C3 PureTech 82 Tonic vale 12.600 euros mientras que, con el acabado Collection, el importe sube hasta 13.150 euros debido al aumento de equipamiento; por su parte, el C3 PureTech 110 caballos con la terminación Exclusive (el tope de gama disponible hasta el momento) sube hasta 16.380 euros (todos estos precios incluyen IVA, operación promocional y transporte). Dentro de los opcionales, los únicos opcionales son las pinturas: 395 euros para la metalizada o la opaca (el negro perla es gratuito) o 575 euros por la blanca nacarada.