Hyde al unir el motor y los elementos estructurales de GT-R con el chasis y la carrocería del Juke para dar como resultado una bestia de 485 CV denominada Juke-R. Pues bien, en la última edición del Festival de la velocidad de Goodwood, la marca japonesa volvió a sorprender con la versión 2.0 (no la llamamos nosotros así sino ellos) de este Juke-R. Un vehículo que vuelve a tomar prestado el motor del GT-R, el cual es más bestia todavía ya que entrega nada menos que 600 CV. El Nissan Juke no sólo fue uno de los pioneros del segmento de los crossover urbanos (o al menos eso dice la marca), sino que fue también el primero en sorprendernos con una variante mucho más deportiva a la que denominó Nismo. Pero no contento con habernos dejado casi boquiabiertos y ya con la emoción fuera del cuerpo, meses más tarde, nos asombró con otra variante, mucho más radical que se conoció como Juke-R. En ella, la locura pareció haber invadido las mentes de los ingenieros japoneses ya que decidieron meter el motor de un GT-R en el SUV compacto… ¿es o no es para decir que estaban chiflados?
Pero lejos de tildarles de locos lo cierto es que el experimento fue un éxito y los 485 CV que entregaba su descomunal V6 movían con total radicalidad a una carrocería de poco más de 4 metros haciéndola pasar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 257 km/h. Una locura que parecía transitoria… hasta ahora. Sí, porque en el pasado Festival de Goodwood, el evento por excelencia para los amantes de la velocidad y de la deportividad, Nissan llevó el que ha denominado como Juke-R 2.0, o lo que es lo mismo, la versión mejorada de un vehículo casi inmejorable.
Para ello, ha vuelto a echar mano del motor del nuevo GT-R, un V6 3.8 con dos turbos que entrega nada menos que, agárrate porque son muchos, ¡600 CV! Cifra a la que acompaña un par máximo de 652 Nm y, seguramente, unas prestaciones mucho mejores (el GT-R necesita 2,7 segundos en el 0 a 100 km/h con una velocidad punta de 315 km/h).
Para soportar dicho aumento de potencia Nissan ha rediseñado por completo la carrocería. La fibra de carbono vuelve a hacer acto de presencia, esta vez para dar forma tanto al paragolpes delantero, al que acompañan unas tomas de aire más grandes que las de su antecesor (hay que enfriar el motor más rápidamente), como al trasero, bajo el cual se instala un difusor, también de carbono. El resto de elementos estéticos se han radicalizado ligeramente, como un alerón trasero más grande o unos pasos de rueda más voluminosos. En el interior, pocas novedades, con el hecho de que sigue manteniendo los dos asientos delanteros con arneses de competición.
La marca hace referencia a este Juke 2.0 como un prototipo aunque es una jugada que también empleó con el anterior, del cual, acabó vendiendo cerca de 20 unidades… eso sí, cada una a un precio desorbitado, de 550.000 euros aproximadamente.