El ASX automático trae de serie un sistema de tracción total desconectable controlado por un botón que nos ofrece tres modos de uso: tracción delantera, tracción delantera con conexión automática de tracción total en caso de necesidad y tracción total permanente. Además de la nueva caja, el ASX ha recibido cambios estéticos en el frontal y salidas de escape cromadas. Los retrovisores exteriores, abatibles, reciben los intermitentes laterales. El interior recibe nuevas tapicerías y algunos detalles de acabado. Lo mas destacado es que el selector de modo de tracción pasa a ser un botón.
Durante la toma de contacto hemos podido comprobar que la nueva caja de cambios automática de seis velocidades funciona de forma suave. Si activamos el modo manual, disponemos de unas levas que son fijas en la columna de dirección. Las levas son generosas y de manejo muy cómodo. En modo manual la caja cambia un pelín lenta, pero esto es un SUV, no un deportivo, por lo que cumple perfectamente.
La suspensión trasera ha recibido ligeros retoques. El coche se comporta de forma eficaz en curvas y frena como se espera de un coche de este tipo. Quizá el punto flaco del vehículo sea su rumorosidad, aunque nunca llega a ser un ruido molesto. Respecto a los consumos con la caja automática poco podemos decir por ahora, ya que le exigimos mucho durante la prueba, aunque nunca se disparó por encima de los ocho litros.
En resumen, Mitsubishi incorpora una caja automática a su ASX, la caja es agradable de usar y cumple perfectamente en su utilización dia a dia y en los viajes largos. Por 1.700 euros más podemos optar a ella, pero siempre con el acabado y motorización superior.