Como era de esperar, las dimensiones han crecido: la batalla se estira 72 milímetros mientras que el largo llega hasta los 3,98 metros, 16 centímetros más. ¿Los grandes beneficiados? Las plazas traseras y el maletero, este último llegando a 278 litros de capacidad. Ya nos lo advirtió un directivo de Mini: la ofensiva de productos iba a ser brutal y nunca vista. Pensábamos que iba a ser un bulo, pero no, nos equivocamos porque en Mini van a echar el resto para convertir a la marca en un referente. Ya han sido los restyling de los Countryman y Paceman así como la renovación integral del Mini. Ya estaban el tres puertas, un todocamino, un roadster, un coupé puro… pero faltaba una de las versiones más demandadas de todos los tiempos: un Mini cinco puertas. Dicho y hecho.
Con una carrocería 16 centímetros superior a la de su hermano de tres puertas, el cinco puertas está enfocado para todos aquellos clientes que desean conducir un Mini pero buscan algo más de espacio, ya que la citada variante tres puertas se queda corta para un uso medio. Además del estirón sufrido en el exterior (y que lógicamente afecta a la capacidad del maletero, ahora con 278 litros frente a los 211 actuales, en la línea de un Volkswagen Polo, un Seat Ibiza y un Peugeot 208), se ha aprovechado para agrandar la batalla en 7,2 centímetros. Los principales beneficiados son los pasajeros de las plazas traseras ya que, según se desprende del comunicado oficial, ahora es posible que se acomoden tres pasajeros en vez de los dos del Mini normal ya que ahora éstos cuentan con 7,2 centímetros más para sus piernas (los mismos que crece la batalla), 1,5 centímetros más de espacio para la cabeza y 6,1 centímetros adicionales a la altura de los codos.
La carne en el asador
Donde no hay cambios es en aspectos como la dirección, la amortiguación o el equipamiento disponible (éste muy rico, desde Head up Display a faros íntegros de led pasando por el sistema de navegación Professional, equipo de audio Harman Kardon, techo panorámico o asientos calefactados, entre otros). Tampoco hay variaciones en la gama mecánica, que está compuesta por idénticos propulsores que el Mini de tres puertas: gasolina tricilíndrico turbo 1.6 de 130 caballos (Cooper, 4,7 litros de consumo medio) y gasolina 2.0 turbo de 192 (Cooper S, 5,9 litros a los 100) mientras que en diésel están el 1.5 de 116 caballos (Cooper D, 3,7 litros) y 2.0 de 170 caballos (Cooper SD, 4,1 litros). Todos ellos llevan de serie Start&Stop y tienen como opción cambio automático, que en la práctica totalidad no mejoran las prestaciones y empeoran algunas décimas el gasto de carburante.
