Incluye la suspensión deportiva AMG, que se basa en el Magic Body Control, el sistema que adecúa la amortiguación del vehículo para pasar por encima de un badén o un resalto sin que ningún pasajero note ni la más mínima incomodidad. Se nos ocurren muchos titulares para este artículo, además del que hemos elegido para esta ocasión; “Palabras mayores”, “De otra galaxia”, “El último exponente de la familia AMG” o “65 veces AMG” son unos cuantos ejemplos para presentarte al último miembro de la saga 65 AMG: el Mercedes S Coupé. Al igual que ocurriera con los CL 65 AMG (el iniciador de esta ‘secuela’, data de 2003) y terminando por la berlina Clase S, el S Coupé se suma a la tendencia de propulsarse con un ‘salvaje’ V12 biturbo que, en esta ocasión, ha sido afinado para alcanzar los 630 caballos de potencia, con 1.000 Newton/metro de par disponible entre 2.300 y 4.300 revoluciones.
Como puedes imaginar, este ‘corazón’ hace que el S Coupé alcance una velocidad máxima de 250 kilómetros/hora (limitado electrónicamente) y el 0 a 100 se fije en 4,1 segundos a los 100, es decir, 0,3 décimas menos que el S Coupé 63 AMG. Curiosamente, a pesar del incremento de la potencia, el consumo medio se ha rebajado ¡más de dos litros de promedio! Para lograr semejante poderío, los ingenieros de la firma han trabajado a fondo en aspecto como en los dos turbocompresores, el alternador, el intercambiador aire-agua, el Start&Stop o la tapa en aluminio. También se ha puesto a punto la caja de cambios automática de doble embrague 7G-Tronic (sobre todo, para soportar el par), una batería que alimenta a los sistemas eléctricos de iones de litio (similar a la que montan los híbridos, tiene 78 Ah y pesa 20 kilos menos que una estándar para un vehículo de estas dimensiones) y la suspensión. Ésta no es otra que la Magic Body Control (un prodigio técnico que modifica el tarado continuamente para que los ocupantes no noten las imperfecciones viarias), a la que se le han añadido las funciones Road Surface Scan y Curve Tilting Function, que evitan aún más los balanceos de la carrocería en curvas dando una sensación, tal y como se expresa del comunicado de prensa, similar a la que siente los motoristas con sus monturas.
Las llantas elegidas, pulidas y de 16 radios, son unas de 20 pulgadas con neumáticos en medida 255/40 delante y 285/35 detrás. Opcionalmente, Mercedes ofrece en el catálogo unos frenos especiales carbocerámicos con un peso un 20% inferior a los que monta de serie y que ofrecen una mayor resistencia al calor.
Inalcanzable para los mortales
Si te imaginas conduciéndolo, ahora viene la realidad: si bien aún no se ha hecho oficial el precio para España y si tenemos en cuenta su importe en Alemania, no vamos mal encaminados si decimos que costará cerca de 300.000 euros, poco menos que un Ferrari F12 Berlinetta de 740 caballos o un Ferrari FF de 660 caballos. ¿Qué te parece?