Su potencia ha aumentado y llega con una versión totalmente nueva, llamada S-Model, que entrega aún más prestaciones que el E 63 AMG normal. El motor del E 63 AMG es un 5.5 V8 biturbo de 557 CV y 720 Nm -585 CV y 800 Nm en el caso de la versión S, gracias al aumento de la presión del turbo y a la instalación de un diferencial autoblocante trasero-. En la generación anterior, este propulsor entregaba 525 CV. El E 63 AMG estará disponible con tracción total 4Matic o trasera, y sus cifras variarán considerablemente en función del tren de potencia que escojamos: Con propulsión trasera, el E 63 AMG acelera de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos, mientras que el de tracción a las cuatro ruedas lo hace en 3,7 segundos la berlina y 3,8 segundos el familiar Estate.
Su consumo asciende a 9,8 litros a los 100 km en la versión con tracción trasera y 10,3 litros en la de tracción total -el Estate gastará 10,5 l/100 km-. Sus mayores consumos se justifican por un peso 70 kg por encima del de las unidades de propulsión trasera; dicho peso queda repartido en un 33 % al eje delantero y un 67 % al trasero. Por su parte, el S-Model se venderá exclusivamente con tracción total, y reduce en una décima las cifras de aceleración de la versión estándar. Todos los E 63 AMG tendrán su velocidad máxima autolimitada a 250 km/h.
El E 63 AMG contará con la caja de cambios AMG Speedshift MCT de siete velocidades, que ofrece cuatro modos distintos de conducción -C, S, S+ y manual-. Unos modos que se corresponden con el sistema AMG Ride Control que regula la suspensión deportiva -Comfort, Sport y Sport Plus-.
La forma más fácil de distinguir el E 63 AMG normal de la versión S-Model será mediante el color de las pinzas de freno: Plateadas para el primero y rojas para el segundo. El S-Model permitirá además montar frenos cerámicos de alto rendimiento.
