Pues bien, siguiendo con esta analogía musical, si te hablamos del Mercedes GLE, lo más probable es que pienses que se trata de un nuevo modelo y… aunque no vayas mal encaminado, si te digo que se trata del “antes conocido como ML”, seguro que ya le ves esa semejanza. Hace unos meses, Mercedes anunció que toda su gama recibiría un cambio de nomenclatura, hecho que poco a poco hemos ido comprobando. Para que te aclares, en el caso de este GLE, las siglas GL hacen referencia a que se trata de un SUV, mientras que la E menciona que deriva de la Clase E.
Así, con las cosas claras ya estamos listos para presentártelo de forma directa. Al tratarse de un rebautizo del ML, en términos de tamaño, este GLE no varía ni un ápice por lo que estamos ante un coche de 4,8 metros de largo, 1,94 de ancho y 1,84 de alto por lo que sus rivales seguirán siendo el Audi Q7, el VW Touareg, el BW X5 o el Range Rover. Ahora bien, dado que se trata de un producto ‘nuevo’, lo lógico es que presente un diseño diferenciador con respecto a su predecesor; y eso se deja notar en su exterior, principalmente en su parte delantera donde cambian el parachoques, la parrilla y los faros (que ahora pueden ser Full LED), mientras que en la parte trasera se han rediseñado las ópticas, los escapes o el paragolpes. También posee nuevos juegos de llantas y más colores de carrocería.
En el habitáculo los cambios más significativos se centran en el nuevo diseño del cuadro de instrumentos y en el volante pero, sobre todo, en la nueva pantalla central de 8 pulgadas que sigue con la línea de diseño de otros modelos de la marca, como el Clase A. Para moverse por ella, se ha empleado el denominado COMAND Controller, que no es más que un comando táctil similar al que ya emplean el Clase C y el Clase S. En lo referente a la personalización, este GLE tendrá más opciones donde elegir, con nuevos tapizados de los asientos, salpicadero, puertas... entre los que están el cuero, la piel, la madera, el aluminio e incluso la fibra de carbono.
Se suma a la moda del híbrido
Al igual que ocurre con otros modelos de la marca, la hibridación es uno de los puntos clave de su gama mecánica. Así, este GLE podrá tener una variante híbrida y que además es enchufable y que se conocerá bajo el nombre de GLE 500e 4Matic. Combina un motor de gasolina 3.0 V6 Biturbo con una potencia de 333 CV que se acopla a otro motor eléctrico de 115 CV para acabar dando una potencia combinada de 436 CV y un par máximo de 650 Nm. Es decir, que entrará de lleno en la nueva lucha de SUV Premium en la que se han inscrito ya los nuevos Audi Q7 e-Tron y BMW X5 xDrive 40e de los que ya te hemos hablado con anterioridad.
Esta mecánica es la misma que ya emplea el Clase S por lo que es normal que herede el mismo modo de fncionamiento, es decir, que el conductor podrá elegir entre cuatro modos de conducción: Hybrid, E-Mode, E-Save y Charge. El más llamativo es el segundo, el E-Mode, ya que permite que el coche se desplace únicamente con la energía de sus baterías y con la potencia de su motor eléctrico durante un máximo de 30 kilómetros a una velocidad que no sobrepase los 130 km/h. Gracias a ello, los datos de consumo homologado son realmente exiguos, con 3 l/100 km en ciclo combinado.
Pero además, el resto de clientes menos verdes podrá optar por la nueva gama de motores de Mercedes que está dividida en cuatro de gasolina: el GLE 400 con un V6 de 333 CV; el GLE 500, un V8 de 435 y los AMG GLE 63 y AMG GLE 63 S, dos V8 de 557 y 585 CV, respectivamente. Todos están asociados a la transmisión automática 7G-Tronic de siete relaciones y transmiten la fuerza a las cuatro ruedas. Por su parte, los diesel están compuestos por el GLE 250D de 250 CV, que puede escogerse con tracción trasera o total, y el GLE 350D, un V6 de 258 CV. En los tres casos, la caja de cambios es automática de nueve relaciones.
Por último mencionar que las versiones de tracción a las cuatro ruedas pueden añadir un conector denominado OffRoad+ que hace las veces de reductora y con el que también se puede bloquear el diferencial central.
