Sin lugar a dudas, China se ha convertido en los últimos años en el mercado potencial de las berlinas de súper lujo. Quizá por eso, Mercedes-Benz haya decidido escoger el Salón de Shanghái para presentar al mundo la actualización de su buque insignia, el Clase S. Un vehículo que llevaba ya casi cuatro años sin ofrecer importantes novedades, quedándose algo descolgado frente sus rivales más directos, como el BMW Serie 7 o el Lexus LS, quienes sí cuentan con una actualización a la última.
Sin riesgos
Como buena marca alemana, la firma de la estrella no ha querido arriesgar en lo que a diseño se refiere, aunque sí ha efectuado algún que otro cambio para presentar un conjunto más vistoso. En este sentido, destaca la nueva firma luminosa, tanto delantera como trasera, con tecnología LED en ambos casos. Aparecen nuevos diseños para la parrilla, mientras que los parachoques son también de nueva factura. Lo que no varía son sus dimensiones, por lo que el Clase S estará disponible con las tres carrocerías disponibles actualmente, esto es la corta, de 5,12 metros, la larga, de 5,25 metros y otra más larga aún, conocida como Mercedes-Maybach S, que llega hasta los 5,45 metros.
En el habitáculo, más de lo mismo, ya que la gran berlina ofrece ligeras pincelada, muchas de ellas, heredadas de la última generación del Clase E –aquí tienes la prueba-. Entre algunas de estas novedades están los botones táctiles del volante, el sistema de iluminación ambiente, con hasta 64 tonalidades diferentes, o las tres posibilidades de configuración del cuadro de instrumentos digital: Sport, Progressive y Clasic.
Pero al tratarse de un modelo de representación, no podían faltar elementos exclusivos. En este caso, el Clase S quiere ser el vehículo más confortable y agradable de su categoría. Para ello, estrena un nuevo sistema denominado ENERGIZING, el cual, actúa sobre la iluminación, climatización, música o funciones de calefacción y masaje de los asientos, para crear una atmósfera acorde con el estado de ánimo del conductor y acompañantes… vamos, como si estuvieran en un Spa. De hecho, el coche, tras analizar sus primeros veinte minutos de conducción en un viaje, es capaz de valorar el grado de cansancio del conductor y avisarle de cuándo debería realizar un descanso, mostrando incluso en el navegador las áreas más cercanas.
Regreso al pasado
Mecánicamente también ofrece importantes novedades, pues toda la gama cambia. En este sentido, la novedad más destacada la protagonizan las versiones diésel, y en concreto el nuevo bloque de 3.0 litros y seis cilindros en línea. Sí, la firma de la estrella vuelve a reeditar los motores con esta arquitectura tras varios años en desuso. Estará disponible con dos escalones de potencia: 286 CV y 340 CV.
Si damos el salto a los de gasolina, más novedades, ya que desaparece el propulsor V8 de 5.5 litros en detrimento de uno más pequeño y eficiente, el V8 biturbo de 4.0 litros, el cual se encargará de alimentar a la nueva versión S 560 4MATIC, generando 469 CV -14 más que en el S 500 4MATIC-. Un bloque que también impulsará al Clase S más potente, el AMG S 63 4MATIC+, que alcanzará los 612 CV. Cuenta con un sistema de desconexión de cilindros, en el que cuatro de sus ocho cilindros se desconectan, ayudando así a rebajar el consumo de combustible. Por encima, se mantendrá el AMG S 65 4MATIC, alimentado por el descomunal motor V12 biturbo de 6.0 litros con 630 CV.
Más adelante aparecerá una versión de acceso, que montará el nuevo motor de 3.0 litros y seis cilindros en línea que reemplazará al actual V6 de 3.0 litros del S 400 4MATIC. Como novedad, incluye una sobrealimentación mediante compresor eléctrico y un alternador que también funciona como motor de arranque. De hecho, estas características le permitirán ser el propulsor base que impulse a la nueva variante híbrida enchufable, que tendrá una autonomía eléctrica de 50 kilómetros.
Déjate llevar
En el apartado dinámico, se ha mejorado el sistema de reconocimiento de la calzada, Magic Body Control, para incluir el funcionamiento en curva, logrando funcionar hasta los 180 km/h. Del mismo modo, tampoco podían faltar las mejoras relativas a la conducción autónoma. En este sentido, el Clase S ofrecerá nuevas funciones, al haber mejorado todo el conjunto de cámaras y radares, para no solo ser capaz de conducir de forma automática en atascos y autovías, sino de hacerlo también en carreteras secundarias. Todo ello, sin olvidar el asistente de cambio automático de carril que nos dejó fascinados en la profunda prueba realizada al Clase E. Con la ayuda del sistema de navegación, si llevamos el control de crucero activo reducirá la velocidad al acercarnos a una curva y volverá a acelerar al salir de la misma, e incluso levantará el pie al acercarse a una rotonda o ante un stop. También será posible aparcarle y desaparcarle a distancia, a través de una aplicación instalada en el teléfono móvil.