Se trata de un 2.5 de cuatro cilindros que emplea la tecnología Skyactive y que entrega una potencia de 255 CV. De momento, la previsión de ventas es que dicho modelo no llegue a Europa siendo el americano su principal mercado. Hasta la fecha, el Mazda más grande y largo del que tenemos constancia en España es del CX-7, el cual se comercializó durante cinco años, de 2007 a 2012. Sin embargo, fuera de nuestras fronteras la nipona cuenta con un modelo más imponente: el CX-9. Un vehículo que no se comercializó de forma directa en nuestro país salvo la ‘tirada’ especial de 100 unidades que la marca puso a disposición de los clientes más exuberantes quienes pudieron disfrutar del descomunal motor que se alojaba bajo su capó: un bloque de gasolina V6, atmosférico, de 3.7 litros que entregaba 273 CV.
Un motor idóneo para el mercado americano en donde dicho modelo goza de un éxito más que importante. No en vano, fue en tierras californianas, concretamente en el Salón de Los Ángeles, donde Mazda mostró al mundo la nueva generación de su gran SUV. Un modelo que mejora no sólo a nivel estético, sino también a nivel mecánico.
Grande y ligero
En lo que respecta a su apariencia, como ya es habitual en cada nuevo vehículo del fabricante japonés, el CX-9 ha adquirido la filosofía KODO que destaca por unas líneas fluidas y muy aerodinámicas. Diseño que, en esta nueva generación, se compacta ligeramente al pasar a tener una longitud de 5,06 metros, 30 milímetros inferior a la de su predecesor, que no le impide contar con una distancia entre ejes 55 milímetros más grande, llegando así hasta los 2,93 metros.
Este aumento de batalla se debe al empleo de una nueva plataforma en la que Mazda también ha trabajado con materiales más ligeros que le permiten ahorrar hasta 130 kilogramos de peso frente a la báscula. Gracias a su batalla, el SUV japonés presume de un interior de los más amplios de su segmento en el que, además, hay espacio para albergar hasta siete pasajeros, por lo que la rivalidad con los BMW X5, Audi Q7 o Volvo XC90 está servida.
Todo ello acompañado, claro está, de un diseño cuidado y muy limpio en el que el protagonismo se lo lleva una pantalla central táctil de 8 pulgadas o materiales de alta calidad. Del mismo modo, el CX-9 estará equipado con elementos de alto standing como un sistema periférico de cámaras, diversos asistentes a la conducción integrados bajo la denominación Skyactiv i-Activesense, o el sistema Head-Up-Display.
Entra en la era turbo
Aparte de su nueva apariencia o de su mejorado equipamiento, lo más llamativo de este CX-9 es lo que se esconde bajo su capó. Sí, porque el SUV japonés deja atrás el veterano V6 atmosférico antes comentado, para reemplazarlo por un nuevo 2.5 de cuatro cilindros turboalimentado que deriva directamente del Skyactiv-G que ya emplea, por ejemplo, el nuevo Mazda6. Un propulsor que además de convertirse en el primer motor turbo de la familia Skyactive, logra ganar un extra de potencia en comparación con la berlina al entregar 255 CV (192 CV en el Mazda 6), con un par máximo de 420 Nm que se transmite a las cuatro ruedas a través de una transmisión automática de 6 velocidades.