Un vehículo con aspiraciones muy ‘asfálticas’ pero con todo el diseño y la tecnología de la ‘nueva Mazda’. Deriva directamente del Mazda 2, pero con unas dimensiones y una habitabilidad superior, así como con la inclusión de motores más potentes, sobre todo en el apartado de los gasolina, donde llega a entregar hasta 150 CV. “Éramos pocos y parió la burra”, seguramente estés familiarizado con este refrán tan español pero, en este caso, lejos de parecer despectivo nos viene como anillo al dedo para hacer referencia al protagonista que copa estas líneas: el Mazda CX-3. Sí, la marca japonesa también se sube al tren de los SUV urbanos con un modelo al que muchos tildan de mini CX-5, pero que, en realidad, poco o nada tiene que ver con él.
De hecho, a excepción del CX, denominación que emplea Mazda para hacer referencia a sus todocaminos, ambos modelos son como la noche y el día. De hecho, el CX-3 está creado sobre la misma base que el Mazda 2, de ahí que nos recuerde en ciertos detalles estéticos como el frontal, los fatos o el interior. Sin embargo, el SUV urbano es mucho más grande y habitable. Primero, porque cuenta con un maletero de 350 litros, que son 70 más que el 2 y, segundo, porque alarga su carrocería hasta los 4,28 metros, 22 cm más que el 2, la ensancha hasta los 1,76 metros, 7 cm más, y la estira hasta el 1,53 metros, 4 cm. No obstante, en lo referente a su distancia entre ejes, los 2,57 metros son comunes, mientras que sólo está separado del suelo en 15 cm, casi como el Mazda 2.
Este valor es el que denota de dónde viene… y a dónde no podrá ir. Efectivamente, ya que el CX-3 no está pensado para realizar una conducción fuera del asfalto pues, aunque pueda equipar la tracción total (AWD), sus aptitudes off-road son casi nulas. Tracción 4x4 que sólo podrá asociarse, además, al motor más potente de toda la gama: el 2.0 SkyActive de 150 CV. Propulsor que estará acompañado por otro 2.0 de 120 CV y por un diesel de 1.5 litros que entrega 105 CV. A diferencia del Mazda 2, se ha decidido eliminar los motores de gasolina de 75 y 90 CV y montar los 2.0 que sí monta el Mazda 3, dado que el SUV pesa cerca de 150 kilos más.
El CX-3 está ya disponible con dos niveles de equipamiento: Style y Luxury. En la dotación de serie del primero ya se pueden encontrar elementos como el climatizador, el control de velocidad, Bluetooth, arranque sin llave, llantas de 16”… mientras que en el Luxury, se añadirán llantas de 18” faros Full LED, navegador, tapicería mixta de tela y cuero, sensores de lluvia y luces, Head-Up Display, sensores de aparcamiento traseros con cámara trasera… Acabado que se podrá completar con el denominado Pack Travel, que cuesta 1.050 euros y que aglutina todos los asistentes de seguridad de los que dispone: avisador de tráfico cruzado, detecto de ángulo muerto, control de crucero adaptativo, cambio automático de luces de carretera, faros direccionables y sistema de frenada de emergencia. Por su parte, el asistente de frenada en ciudad es de serie en ambos acabados. Además, cuenta con otro pack denominado White, también exclusivo del acabado Luxury, el cual, por 800 euros incluye asientos delanteros calefactados y tapicería de cuero blanca.
El SUV compacto ya está a la venta por un precio de partida, sin descuentos, de 20.345 euros, correspondientes al motor 2.0 de 120 CV con acabado Style y que puede llegar hasta los 29.930 euros del motor 2.0 de 150 CV con acabado Luxury, tracción total y ambos paquetes de equipamiento incluidos. En el apartado diesel, los precios parten desde los 21.765 euros.