En realidad, han creado dos versiones específicas sobre las base del coupé que conocemos: el Evora S – con mucha más potencia – y el Evora IPS, que conserva su potencia original pero con un preciso cambio automático de seis relaciones. Ellos mismos lo han definido a la perfección, es el mismo Evora, pero como nunca lo habías conocido… Los cambios son simples pero efectivos. La principal evolución del Evora S es que el motor que utiliza – un 3.5 V6 de 280 cv de origen Toyota – ha sido evolucionado hasta alcanzar los 350 cv. Mucho avance, al que hay que sumar los reajustes pertinentes en la suspensión para un coche que apenas supera los 1.400 kilos de peso. Esta mejora ha llevado al Evora S a superar en tres décimas el dato de aceleración, consiguiendo unos espectaculares 4,8 segundos para ponerse a cien kilómetros por hora.
Sport pack
El Evora S se caracteriza por contar con un reglaje de la suspensión más rígido y por tener una serie de controles bajo el paquete “Sport” añadido. Entre estas características, que se activan con un botón en la consola central, se puede controlar la respuesta del motor, el sonido de escape y establecer un régimen más alto para el corte de inyección. Además de esto, el control de estabilidad también modifica su entrada en funcionamiento para garantizar el 100% de diversión.
Evora IPS
Tan orgullosos de una cosa como de la otra. Lotus también exhibirá en París su Inteligent Precision Shift, una caja de cambios automática que, aunque va asociada al motor “normal” de 280 cv y empeora ligeramente las prestaciones, dejará una gama mucho más completa a los clientes. Así, el IPS permitirá un modo de conducción secuencial (controlado por grandes levas tras el volante), otro modo totalmente automático y un tercer modo Sport para lograr que suba más rápidamente de vueltas.
Poniéndolos frente a frente, el Evora IPS logra una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora frente a los 261 km/h de la versión con cambio manual. La aceleración es también más lenta (5,5 frente a 5,1 segundos) y el consumo ligeramente más elevado (8,8 frente a 8,7 litros cada cien kilómetros).