Aunque no hay diferencias en lo que a estética y motor se refiere, la firma japonesa ha centrado todos los preparativos en el tren de rodaje y su correspondiente puesta a punto. Los ingenieros, que han intentado conseguir una puesta a punto más firme pero a la vez comprometida con el día a día, han cambiado los amortiguadores delanteros por unos monotubo Sachs con una mejorada relación de compresión, un cambio que hace que la estabilidad a alta velocidad se vea notablemente favorecida. De la misma forma, se han instalado unas estabilizadoras de mayor tamaño y la suspensión trasera se ha endurecido otro 5% para que el paso por curva sea mucho más preciso. Lexus ha mantenido intacto, sin embargo, el aspecto físico y el motor del IS-F, que seguirá confiando su nombre al V8 de cinco litros con 423 cv. Este propulsor es capaz de transmitir hasta 505 Nm de par al cigüeñal a un régimen de 5.200 vueltas y, con él, se puede acelerar hasta los 100 km/h en 4,8 segundos y conseguir velocidades puntas de hasta 270 km/h.
En el modelo 2012 cambiará el diseño de las llantas (aportadas por BBS y con 19” en ambos ejes) y la tapicería interior de serie, en dos tonos (rojo-negro) y fabricada en cuero simi-anilina. Lexus no ha dado más detalles sobre el precio del nuevo modelo, pero a juzgar por los pocos cambios introducidos, no debería moverse de los 84.000 euros que actualmente piden por él.