Así, con esta audaz y picarona edición especial de la que sólo se fabricará una unidad, la marca británica sigue rindiendo un especial homenaje a un vehículo que ha estado activo casi 70 años. Si Freddy Mercury volviera a formular la pregunta que da título a una de sus canciones más famosas Who wants to live forever? (¿Quién quiere vivir para siempre?), seguramente uno de los que contestase “¡Yo!” sería el Land Rover Defender. Sin embargo, el todoterreno inglés se ha ganado, por méritos propios, su hueco en los libros de historia de la humanidad.
De ahí que a pocos meses de que se paralice su producción (al menos con la forma actual) en la planta británica de Solihull, Land Rover sigue empeñado en recordarnos todas las bondades de su icónico todoterreno mediante la realización de ediciones especiales de lo más características. La última ha llegado a cargo del afamado diseñador británico (como no podía ser de otra forma), Si Paul Smith quien ha trabajado en estrecha colaboración con el Special Vehicle Operations (SVO) de la marca, la división encargada de satisfacer los exclusivos encargos individuales y personalizados de cada cliente, para dar su peculiar punto de vista. Y es que el modisto inglés es uno de esos fans declarados del Defender, de hecho posee varios modelos en su finca de Italia.
Tras horas de trabajo y colaboración, el resultado es el que ves en las imágenes de este artículo: un Defender multicolor en cuya carrocería se han empleado hasta 27 tonalidades diferentes (todas ellos elegidas por el propio Smith) y que, según cuenta el diseñador, se han inspirando en la campiña británica y en colores típicos de los modelos utilizados por las Fuerzas Armadas británicas.
Sin embargo, dada su admiración por el modelo en cuestión, Smith ha dejado intactos algunos de los elementos tradicionales del vehículo como los espejos retrovisores, las manillas de las puertas o los pasos de rueda… aunque, eso sí, ha querido dejar su impronta al pedir que los satinaran para darle un aspecto más moderno contemporáneo. Por su parte, el interior sí ha sufrido más cambios. El más significativo es la sustitución del típico reloj central por un tablero diseñado por el propio Smith. Junto a él, se combinan la piel de los asientos así como detalles ‘juguetones’ del estilo de una abeja pintada a mano en el techo o de un juego de llaves impreso en la guantera.
Como era lógico, el propio Sir Paul Smith es quien se quedará dicho modelo ya que sólo se fabricará una unidad del mismo.