Así, la compañía fundada por Carroll Shelby acaba de poner sobre la mesa uno de sus proyectos más esperados: el Mustang Shelby Super Snake. Una bestia del asfalto que, gracias a las mejoras introducidas permite aumentar la potencia final hasta los 750 CV. En 2007, el preparador americano de Ford, Shelby, decidió poner a la venta una línea más radical del Mustang de aquel momento. A los pocos meses, el coche se convirtió en todo un éxito y es por eso que ahora, con la nueva generación recién salida de la cadena de montaje, han decidido retomar dicha lína. Con una producción limitada a 300 unidades anuales, cada una de estas unidades saldrá de fábrica como un Mustang GT convencional, con su motor V8 de 5.0 litros pero, tras pasar por las manos del preparador yankee, poco o nada tendrá que ver con el modelo de serie.
Lo primero que se retoca es su aerodinámica pues e introduce un nuevo kit que incluye numerosos elementos en fibra de carbono como el alerón y el difusor posteriores, los faldones laterales, el capó, las carcasas de los retrovisores, el splitter delantero o el paragolpes posterior. Todo ello armonizado con una parrilla delantera en negro y llantas de aleación forjadas de 20 pulgadas montadas sobre neumáticos Michelin Pilto Super Sport. En el interior, los únicos cambios que se denotan son los tres relojes medidores situados en la parte superior del salpicadero y el montaje de una palanca de cambios de tiro corto. Pero además, de manera opcional, se puede pedir la instalación de una jaula antivuelco o asientos de competición con arneses de cinco puntos.
Entrando ya en terreno mecánico, lo primero que han hecho es reconfigurar por completo el descomunal motor V8 para introducirle un compresor de alto rendimiento para así amentar la potencia en más de 200 CV, hasta alcanzar los 650 CV. Pero si esa ganancia de caballos no te parece suficiente, los chicos de Shelby también ponen a disposición de los conductores más radicales un pack especial de rendimiento denominado 750+ mediante el cual, acoplando un compresor ‘Whipple’ un sistema de intercooler de nueva factura que aumenta el rendimiento y un intercambiador de calor mejorado, aumenta la potencia final hasta los 750 CV.
Cada una de las 300 unidades que se produzcan, tendrán un precio de 44.330 euros para la versión de 650 CV y de 55.000 euros para la de 750 CV, a lo que habría que añadir, eso sí, el precio del Mustang GT.