El GT forma parte de la estrategia de la marca de lanzar hasta 20 modelos de altas prestaciones con diferentes carrocerías, como un pick up o un sedán, donde la división Performance ha hecho de las suyas para conmemorar el 50 aniversario del podio completo de las 24 Horas de Le Mans de 1966. Ford tiene una espinita clavada en el corazón con Ferrari. Cuando desde la americana se encontraron con la negativa de la italiana de formar parte del gigante del óvalo, los mandamases de la firma desarrollaron un deportivo para demostrar la oportunidad que acababan de perder. Si aún no pones ‘cara’ a este coche, ahí tienes el nombre: GT40. ¿Ahora sí? Le Mans fue el escenario de la batalla y se saldó con numerosas victorias de Ford, como en 1966, cuando se consiguió un podio con tres GT40. Curiosamente, el año que viene se conmemora los 50 años de esta particular hazaña y Ford no quiere perder la ocasión de celebrarlo como se merece: con un nuevo GT40. Aunque conocido sólo como GT, este deportivo tiene tracción trasera, motor central de más de 600 caballos y un peso contenido debido al uso de materiales como aluminio o fibra de carbono. Pero el GT va más allá. Cuenta con soluciones aerodinámicas como un spoiler desplegable y una evolución del sistema de conexión SYNC, ahora en su tercera generación.
“El GT es la definición definitiva de un supercoche para entusiastas”, ha asegurado Raj Nair, vicepresidente de Desarrollo Global de Producto de Ford. “El GT incluye innovaciones y tecnologías que pueden tener amplia aplicación en el futuro catálogo de productos de Ford, una prueba más de que Ford sigue mejorando su segmento de altas prestaciones al mismo tiempo que mejora los vehículos destinados a todos nuestros usuarios”, finaliza. Y no es para menos.
De sangre caliente
Más allá de todo el ‘atrezo’ que lleva la carrocería, el propulsor es una auténtica joya de la ingeniería ya que se usa un gasolina EcoBoost V6 biturbo, que desarrolla más de 600 caballos. Es el mismo que se ha usado en el campeonato IMSA TUDOR United SportsCar y tiene empujadores de válvulas de baja fricción, el citado doble turbo y una transmisión automática de doble embrague de siete velocidades.
Las llantas que se usan son de 20 pulgadas y van sobre neumáticos Michelin Pilot Super Sport Cup 2, que cuentan con un compuesto y una estructura específica para las características y cualidades del Ford GT. Los frenos son carbocerámicos en las cuatro ruedas.
En el habitáculo, para finalizar, se opta por un ambiente de carreras ya que el volante integra multitud de funciones, como si se tratara de un Fórmula 1. Si bien el asiento es fijo, los pedales y la columna de la dirección son ajustables.