Seguramente, hayas escuchado alguna vez aquello de "este modelo es tan bueno que no es simplemente un coche más; es 'EL COCHE'", procedente de alguien a quien se le llena la boca hablando de las virtudes del automóvil en cuestión. Por supuesto, es un dicho aplicable a multitud de ámbitos: 'el chalet', 'la moto', 'el traje', 'el futbolista'... Pues, en palabras de Luca di Montezemolo, presidente de la marca del cavallino, "este nuevo Ferrari se llama LaFerrari... porque es LaFerrari: así de sencillo".Es decir, que si este modelo adopta un nombre tan peculiar no es porque en Ferrari no se hayan devanado los sesos lo suficiente para encontrar una denominación más atractiva, sino porque el seudónimo LaFerrari está puesto adrede para que quede claro que este automóvil es la máxima expresión dentro de la marca.
El LaFerrari sólo estará disponible para los clientes que la marca italiana considere VIP. Para que éstos no se pierdan ninguna novedad, se creó el `Ferrari Owners Club´, al que pertenecen los propietarios de al menos cinco Ferraris. Hay unos 13.000 miembros de este club en todo el mundo pero, de ellos, hay 300 que tienen preferencia para adquirir cualquier edición limitada.
Es algo así como 'el cavallino de oro'
Desde luego, cualidades para considerarse 'la Ferrari' no le faltan. Estéticamente es impresionante, derrocha fibra de carbono, su tecnología híbrida HY-KERS presume de 'amasar' nada menos que 963 CV... en resumen, que está diseñado y fabricado buscando simplemente lo mejor de lo mejor. Por supuesto, eso se traduce en un precio de adquisición elevado –en torno a 1,3 millones de euros–... que representará una menudencia para las 700 personas que ya se han apuntado a la lista para optar a ser elegidos por Ferrari para adquirir un vehículo con una tirada limitada a 499 ejemplares y que se revalorizará día a día. Suponemos que uno de los elegidos será Fernando Alonso, quien ha participado de manera muy activa en el desarrollo del coche.
En realidad, las imágenes de este Ferrari no le hacen justicia pues, aunque pueda parecer algo sobrecargado o estridente, al natural luce más elegante y resulta muy fácil apreciar que es un prodigio aerodinámico. La fibra de carbono –de hasta cuatro tipos diferentes– está presente en el chasis y en la carrocería, que mide 4,70 metros de largo, 1,99 m de ancho y 1,12 m de alto –la distancia entre ejes es de 2,65 m–, y permite anunciar un peso que ronda los 1.250 kg –el 41% de los cuales descansa sobre la parte delantera y el 59% sobre la trasera–. Además, monta unas llamativas puertas de apertura vertical –o 'en élitro'–, cuatro prominentes salidas de escape y diversos 'guiños' a la F1, como el morro puntiagudo, el piloto antiniebla trasero, o el soporte central del alerón trasero retráctil.
Por su parte, el habitáculo está inundado de fibra de carbono y Alcántara y, como peculiaridad, los asientos –forrados en piel– son fijos, de manera que lo que el conductor puede regular es el volante y los pedales –la postura que se obtiene es francamente buena–. Por otro lado, el volante cuenta con unas enormes levas de carbono de accionamiento exquisito, así como el ya clásico manettino, un mando giratorio que permite elegir entre cinco programas de conducción: Wet –para mojado–, Sport –deportivo–, Race –circuito–, CT Off –desconecta el control de tracción– y ESC Off –también inhabilita el de estabilidad–.
En cuanto a su motorización, bajo el capó trasero del LaFerrari se ubica el propulsor de 6.262 centímetros cúbicos y 12 cilindros en V que ya emplean los Ferrari FF y F12, aunque en el caso del LaFerrari la potencia se ha incrementado hasta los 800 CV a 9.250 rpm. Por otra parte, engranado a la caja de cambios secuencial de doble embrague y siete velocidades –con función Launch Control para obtener la máxima aceleración desde parado–, se encuentra un motor eléctrico que desarrolla otros 163 CV y que se alimenta mediante un paquete de baterías –que sólo pesa 60 kg– ubicado entre el asiento del conductor y el vano trasero. Cuando hay carga en dichas baterías –se recargan tanto mientras se circula sin acelerar a fondo como en las deceleraciones y las frenadas–, el conductor del LaFerrari cuenta con 963 CV de potencia y 900 Nm a su disposición. Hablando de cifras tan elevadas no es de extrañar que el LaFerrari calque –o, incluso, supere– los registros del que será su máximo rival, el McLaren P1: el modelo italiano promete acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3,0 segundos y alcanzar los 200 en menos de 7,0 seg. Además, en sólo 15 seg. es capaz de completar un 0 a 300 km/h y se prevé que la velocidad máxima supere, con creces, los 350 km/h.
Para digerir semejantes prestaciones y trasladarlas al asfalto con eficacia y seguridad, el LaFerrari se 'encomienda' al trabajo conjunto de diversos sistemas para conseguir un comportamiento lo más equilibrado posible: el diferencial E-Diff 3 con control vectorial de par, los controles de tracción y estabilidad, la aerodinámica activa, la suspensión de competición... Esta última, como ya es costumbre en Ferrari, cuenta con amortiguadores magnetoreológicos rellenos de un fluido con partículas magnéticas que cambia su viscosidad en función de la intensidad del campo magnético al que le somete una bobina, consiguiendo de esta manera variar la dureza de la amortiguación. Por otro lado, el LaFerrari dispone de unos enormes neumáticos en medida 265/30/19 en el eje delantero y de 345/30/20 en el trasero, además de un potente equipo de frenos carbocerámicos firmados por Brembo que cuenta con discos de 398 mm delante y de 380 mm detrás y de unas pinzas ultraligeras de seis y cuatro pistones.
Sobre el papel, está claro que este es el mejor Ferrari de la historia, aunque si Ferrari lo tiene tan claro como para llamarlo LaFerrari, ¿significa que no debemos esperar ver nada mejor en un futuro?