Cambios estéticos por dentro y por fuera, mayor equipamiento y motores más potentes son las novedades más destacadas en este facelift cuya comercialización empezará el 5 de junio... BMW pone al día ahora al X5, buscando mayor dinamismo, un plus de eficiencia y un ambiente más lujoso que nunca. Aunque no podemos hablar de un nuevo modelo en sí (la próxima generación está prevista para 2013), gracias a la gama de motores totalmente renovados, a la caja de cambios automática de ocho marchas de serie y a los innovadores sistemas de asistencia al conductor, sí podemos afirmar que se trata de una profunda renovación que va más allá de un simple restyling.
En primer lugar, los cambios realizados en el apartado estético buscan realzar el lado más deportivo de este todoterreno. Por fuera, un frontal rediseñado con unas tomas de aire más prominentes, la nueva ubicación de los faros antiniebla, ligeros retoques en las ópticas, paragolpes de nueva factura y mayor variedad en la gama de llantas disponibles, completan el menú de las modificaciones más importantes.
Dentro, apenas encontramos diferencias respecto a su predecesor, excepto pequeños retoques en los mandos del sistema de climatización, nuevas inserciones decorativas opcionales y la ampliación del abanico de tapicerías posibles. Se sigue ofreciendo la posibilidad de configurar el interior para cinco (con una capacidad de maletero de 620 litros) o siete ocupantes (el volumen se reduce a 200 l), en este caso con tres filas de asientos. En cualquier caso, con los asientos plegados, el volumen del maletero puede llegar a los 1.750 l.
Sin duda, las novedades más importantes las tenemos en el apartado de las motorizaciones. Aunque las prestaciones ahora son mayores, el consumo y las emisiones son un 10 por ciento menores en comparación con el modelo anterior. Como decíamos, todos los X5 se combinarán de serie con una caja de cambios automática de ocho marchas de convertidor de par y tendrán tracción total. Eso sí, seguirán sin contar con reductora.
Tendremos dos alternativas del lado diesel y dos también en el lado de gasolina. El xDrive30d (245 CV, 195 g/km de CO2 y un gasto medio de 7,4 l/100 km) y el xDrive40d (306 CV, consumo medio de 7,5 l/100 km y emisiones de 198 g/km de CO2) conforman el primer apartado. Los X5 de gasolina (tendrán los mismos motores que ya tienen el X6) serán el xDrive50i (408 CV, consumo medio homologado de 12,5 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 292 g/km) y el xDrive35i (306 CV, 10,1 litros de media y 236 g/km). El más potente es un V8, mientras que el resto tienen todos una arquitectura de 6 cilindros en línea.
Tanto los propulsores de gasolina como los diésel recurren a la sobrealimentación con el sistema denominado por BMW “TwinPower Turbo” y a su vez toda la gama incorpora el conocido paquete de medidas tecnológicas BMW EfficientDynamics, para una mayor eficiencia y un menor consumo de combustible.
Por último, en lo que respecta al equipamiento, la firma alemana afirma haber mejorado el conocido sistema multimedia iDrive, a través del cual podemos controlar multitud de funciones como por ejemplo el navegador, el equipo de sonido, el climatizador o el teléfono. De serie se incluirán, entre otros elementos, climatizador, dispositivo de audio con unidad CD y conexión AUX-In, sensor de lluvia con sistema de control automático de encendido de las luces o el iDrive, junto con las ya habituales ayudas electrónicas a la conducción.
En el apartado de las opciones no faltará de nada. A golpe de talonario podremos equipar elementos como el sistema de información proyectada en el parabrisas, el programador de velocidad activo, un dispositivo de alerta por cambio involuntario de carril, cámara para la marcha atrás o la suspensión adaptativa, por citar algunos. Este BMW X5 renovado podrá verse en los concesionarios a partir del 5 de junio.
