Una versión que sirve de antesala ante un más que posible X4 M y que, para ir abriendo boca, mejora el motor de 3.0 litros que ahora entrega una potencia de 360 CV. Un bloque que, unido a un chasis específico y a diversos elementos estéticos está llamado a convertirse en la nueva bestia de BMW. Hace unos años nos hubiera dejado de piedra ver cómo la mítica sigla M de BMW se montaba en un vehículo que no fuera una berlina. Pero los tiempos cambian y tras haber llegado incluso a los modelos más pequeños de la gama, esta letra, y toda la historia que hay tras ella, dio también el salto a los vehículos más grandes y poderosos: los X5 y X6, a los que ahora se suma, por primera vez, el X4 (ver todos los BMW X4 de ocasión).
Pero como ocurrió en ambos SUV, BMW no ha querido sorprendernos con un X4 M puro y duro, sino que antes de que dicha variante esté entre nosotros, que aún no está confirmada pero que acabará llegando, nos amenizará con un entrante que tampoco dejará indiferente a nadie: el X4 M40i xDrive.
Una versión que, de momento, se coloca como tope de gama del todocamino compacto y que lo consigue gracias al montaje del conocido motor de gasolina de seis cilindros en línea, 3.0 litros y tecnología TwinPower Turbo que entrega una potencia de 360 CV y un par máximo de 465 Nm. Esto quiere decir que cuenta con 54 CV y 65 Nm más, respectivamente, que el hasta ahora X4 más potente de la gama, el X4 xDrive 35i que además emplea el mismo motor.
Con esta ganancia, y pese a sus 1.890 kilogramos de peso, el X4 M40i es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y de alcanzar una velocidad máxima, autolimitada, de 250 km/h. Para lograr semejantes cifras, dignas de cualquier deportivo que se precie, BMW ha optado por asociarle a una caja de cambios automática Steptronic de 8 relaciones, con levas en el volante, que reparte toda la fuerza entre las cuatro ruedas gracias al sistema de tracción xDrive.
Chasis específico
Ahora bien, el motor no es el único elemento que ha sufrido modificaciones sino que el este X4 M40i también cuenta con una puesta a punto específica de su carrocería siguiendo, cómo no, las directrices del departamento M Performance con el que colabora. Así, esta versión deportiva del SUV alemán cuenta con un equipo de frenos más potente, una suspensión más dura con barras estabilizadoras reforzadas y el sistema de amortiguación adaptativo DCC, un sistema de escape exclusivo, una dirección reajustada para ser más precisa y directa o una mayor caída de las ruedas delanteras.
Y todo ello acompañado de una estética mucho más agresiva que consigue gracias a la inclusión de nuevos paragolpes, pasos de rueda más anchos para albergar unas ruedas en medida 245/45 delante y 275/40 detrás sobre llantas de 20 pulgadas, espejos retrovisores, parrilla o entradas de aire delanteras en color gris metalizado, difusor trasero con diseño específico, volante forrado en piel, asientos deportivos, pedales de aluminio… y claro está los logos M tanto en la carrocería como en el habitáculo que denotan quién ha sido su creador.