Gracias a él, la gran berlina de representación gana en apariencia al tiempo que no deja de lado el lujo y la elegancia que la caracterizan. Nuevos elementos de carrocería y un interior con aportaciones de la división BMW Individual, logran que los amantes de la deportividad tengan un nuevo modelo en el que fijarse. Hace unas semanas ya os contamos todas las bondades de la nueva generación del Serie 7, la berlina de representación de BMW que se ha renovado por completo para liderar su segmento. Para ello, la marca bávara ha sabido conjugar el lujo y la elegancia con la tecnología y el dinamismo. Sin embargo, puesto que el Serie 7 no cuenta con una versión deportiva específica, a diferencia de rivales como el Audi A8 o el Mercedes Clase S que cuentan con el S8 o el S63 AMG, respectivamente, BMW lo compensa sacando al mercado el denominado paquete de acabado M.
Con este nuevo M Pack, esta gran berlina consigue realzar sus cualidades deportivas. Empezando por el diseño el cual incluye un kit aerodinámico M formado por faldones delantero y trasero, nuevas llantas de radios dobles de aleación ligera y 19 pulgadas M, pinzas de freno en color negro mate, embellecedores iluminados en los umbrales de la puertas o dos nuevos colores exclusivos para su carrocería: Carbonschwarz y Singapur Grau.
En el interior, el paquete M también aporta un conjunto de detalles específicos con el objetivo de enfatizar el carácter deportivo de esta Serie 7. Así, el cuidado habitáculo ahora recibe un nuevo guarnecido del techo proveniente directamente de la división de personalización BMW Individual, el antracita, reposapiés en aluminio con el logo M, asientos tipo confort tapizados en cuero Dakota con burletes específicos M y molduras de madera noble Fineline de color negro con efecto metalizado brillante.