Un modelo que combina todo el lujo de las variantes más altas de la gama con la deportividad de la división M Performance, dejándole justo un escalón por debajo del todopoderoso M4. Aspecto que logra gracias a una estética mucho más agresiva, donde la fibra de carbono cobra más protagonismo, y a un grupo propulsor potenciado que gana nada menos que 34 CV para alcanzar una potencia total de 340 CV. Como si de una célula se tratara, BMW decidió hace más de un año y medio desdoblar una de sus Series más exitosas, la 3. Así, de su núcleo nació la actual Serie 4, que, puestos a ser prácticos y realistas, no es más que un cambio de nombre de lo que antes era conocido como Serie 3 Coupé.
Un cambio de nombre que, sin embargo, no puede (ni debe) escapar de todo lo relacionado con la Serie 3. De hecho, el modelo que protagoniza estas líneas, pese a ser un Serie 4 puro y duro, se convierte en un homenaje del Serie 3 E46 que BMW comercializó entre 2003 y 2006. Y es que si hay algo que le encanta hacer al fabricante alemán es rendir homenaje a sus modelos pasados.
En esta ocasión, ha decidido escoger a la variante más deportiva de la gama 4, el 435i y añadirle, como guiño a aquel vehículo de principios de este siglo, las siglas ZHP. El resultado: un coche en el que se mezclan tanto elementos de calidad y lujo propias de las versiones más equipadas de la Serie 4, como accesorios de la división especial M Performance. El problema o mejor dicho, los problemas: sólo se fabricarán 100 unidades que, además, únicamente se pondrán a la venta en el mercado estadounidense… como si los europeos no supiéramos valorar estas ediciones especiales.
En cualquier caso, los yankees que puedan llevarse este435i ZHP a su casa (no se han dado a conocer los precios), tendrán un vehículo con una estética muy deportiva, que viene determinada por el ya comentado paquete aerodinámico que incluye elementos de fibra de carbono de nueva factura (como su spoiler delantero, o el alerón y difusor traseros), un nuevo sistema de escape deportivo, la suspensión adaptativa ‘M’, el sistema de dirección deportiva variable, los frenos Sport firmados por M Performance y las llantas de 18” en gris mate.
No obstante, lo más bello de este vehículo se encuentra en el interior… de su capó. La marca alemana ha logrado exprimir un punto más el ya de por sí descomunal motor de gasolina 3.0 TwinPower turbo de seis cilindros, al que le ha añadido un kit M (con una nueva entrada de aire y retoques en la centralita), para lograr que la potencia ascienda de los 306 a los 340 CV. Un aumento que repercute directamente en sus prestaciones al rebajar su tiempo en el 0 a 100 km/h hasta los 4,5 segundos, es decir, dos décimas más rápido que el modelo de serie.
Y por si eso fuera poco, su comportamiento deportivo también mejora gracias a la instalación de una diferencial autoblocante de deslizamiento limitado el cual permite tener un control óptimo del vehículo en cualquier circunstancia.
