Parece que fue ayer, pero la segunda generación del Audi TT lleva ya casi cuatro años entre nosotros (fue lanzado al mercado a mediados de 2006) y desde entonces no había sufrido ningún cambio importante, exceptuando la incorporación de nuevas motorizaciones en 2008. Ahora la firma de los cuatro aros pone al día uno de sus modelos estrella merced a un sutil restyling.
Estos cambios afectan a las dos carrocerías de la gama, esto es, las versiones coupé y roadster. En el apartado estético, las diferencias principales respecto al TT actual residen en un paragolpes más prominente, unas entradas de de mayores dimensiones, una parrilla delantera ligeramente retocada y un difusor trasero ampliado. Ahora, opcionalmente podrá tener faros de doble xenón junto con una tira de 12 diodos luminosos tipo LED que harán la función de luz de marcha diurna (al estilo de las actuales variantes deportivas TT “S” y TT “RS”.)
Debido a estas sutiles modificaciones, la longitud del TT crece en 2 cm, hasta alcanzar los 4.187 mm actuales. La anchura (1.842 mm), la altura (1.352 mm, 1.357 en el Roadster) y la distancia entre ejes (2.468 mm) permanecen intactas. Las primeras unidades de este facelift comenzarán a entregarse en verano; el escalón de acceso a la gama arranca en 32.000 €.
La oferta de colores para la carrocería crece sensiblemente; ahora podemos elegir cuatro nuevas tonalidades (“Azul Scuba”, “Gris Oolong”, “Rojo Volcán” y “Gris Dakota”) más una específica para el paquete S Line (“Gris Daytona”). En el interior tampoco encontramos novedades destacables; los tapizados de cuero han sido sometidos a una imprimación con el fin de reducir su calentamiento hasta 20 grados cuando aparquemos al sol, se han introducido nuevas molduras e inserciones de aluminio y podemos decorar el habitáculo con tres nuevos colores inéditos (“Marrón Nougat”, “Gris Titán” y “Rojo Granate”).
Los motores son prácticamente los mismos que los del TT actual. Junto con la desaparición del bloque 3.2 de 250 CV, la gran novedad es la sustitución del conocido 2.0 TFSI de 200 CV por la actual variante más moderna de 210 CV. Con esta mecánica, el TT con cambio manual acelera gasta 1,1 l menos de media (6,6) acelera de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y tiene una velocidad punta de 245 Km/h, mejorando sensiblemente los datos de la anterior (6,4 s y 240 Km/h).
El 1.8 TFSI de 160 CV y el 2.0 TDI de 170 CV, se quedan como estaban. Por su parte, las mecánicas de las versiones deportivas citadas anteriormente buscan una mayor eficiencia y un menor consumo. Así, el propulsor 2.0 TFSI de 272 CV (la variante más potente conocida hasta la fecha de este bloque del grupo VW) reduce el gasto de combustible ligeramente (por ejemplo 0,2 litros menos con el cambio automático S-Tronic).
Finalmente, la última gran novedad la encontramos en el Audi TT RS, pero no en su mecánica, sino en su transmisión. Por primera vez se podrá asociar al cambio S-Tronic, algo que no estaba disponible hasta la fecha porque Audi no tenía uno adecuado que sirviera para el motor 2.5 TFSI de cinco cilindros; el de seis velocidades no soporta un par motor superior a 350 Nm, y el de siete marchas que sí lo hace, es para motores colocados en posición longitudinal, no transversal como este TT. Ahora se ha desarrollado una variante apropiada para ello. Ese “nuevo” cambio S-Tronic, estará disponible para el RS en otoño.