Anunciado para comienzos de 2012, el nuevo A4 (en el que hay que incluir todas las carrocerías y las versiones Allroad y S4) incorpora un completo lavado de cara que afecta a motorizaciones, equipamiento y por supuesto, a la estética. Es la quinta generación del modelo más vendido de Audi.
El cambio no es nada profundo en sí mismo, pero sí importante si vamos desgranando una a una las mejoras. La primera y menos importante es en el plano estético. Aquí Audi no ha corrido demasiados riesgos y tan sólo ha retocado levemente el conjunto de las ópticas (con un nuevo reborde y una estructura interior diferente), un capó más curvado, ligeros cambios en las esquinas de la parrilla y un parachoques con entradas de aire algo más marcadas.
En el interior no hay prácticamente cambios estructurales, sino más bien de personalización y equipamiento. Los de Ingolstadt han modificado el mando MMI, simplificándolo con cuatro únicos botones, y han añadido más tipos de volantes a la oferta inicial. También ha crecido la oferta en la cantidad de tapicerías a elegir, así como las variantes de pintura para la carrocería o las inserciones de madera para el habitáculo.
Motorizaciones
Mucho más importantes parecen los logros a nivel técnico, y es que conseguir una rebaja del 11% en términos de consumo no debería caer en saco roto para los seguidores de los cuatro aros, quienes seguirán disfrutando de una amplia oferta de propulsores con la más moderna tecnología y más potencia con menos consumo en algunos casos.
Audi ofrecerá para las carrocerías berlina y familiar un total de seis motores diesel turboalimentados y cuatro de gasolina, en los que se incluye de serie el sistema de parada y arranque automáticos. En algunos TDI de cuatro cilindros, por ejemplo, hay cambios importantes, como el nuevo péndulo centrífugo del volante bimasa que resta vibraciones y sonoridad al conjunto mientras ahorra 0,2 litros de combustible. Esta solución está incluida en el 2.0 TDI de 136 o 163 cv, así como en el motor de 177 cv ligado a la tracción integral).
Aunque hay una opción menos potente (2.0 TDI de 120 cv), el motor más ahorrador sigue siendo el 2.0 TDI de 136 cv, que firma un consumo de 4,2 litros y unas emisiones de 112 gramos de CO2 por kilómetro. A estos habrá que seguir sumando la versión de 143 cv, que también estará presente, y las versiones 3.0 V6 TDI de 204 y 245 cv. Éste último contará próximamente con una versión “Clean Diesel” especialmente comprometida con las emisiones de CO2.
En cuanto a los motores de gasolina, la principal noticia es que habrá un renovado 1.8 TFSI con potencias de 120 y 170 cv. Éste último, a pesar de su potencia y elevado par motor (320 Nm), firma un consumo en la berlina de 5,6 litros gracias a la reducción en el peso total y a diversas medidas en la gestión de válvulas, en el turbo y en el sistema de inyección. El 2.0 TFSI se ofrecerá con 211 cv sólo en la versión Allroad mientras que, como tope de gama, actuarán los 3.0 TFSI de 272 y 333 cv (versión S4).
Mejoras en las cajas de cambio y suspensión
Audi ofrecerá de serie, tanto en la berlina como en la versión Avant , el cambio manual de seis relaciones. En la mayoría de las motorizaciones (aún por definir) estará disponible el automático por convertidor de par (Multitronic). Para las versiones con tracción total y motor superior al 2.0 TDI de 177 cv se ofrecerá el cambio S Tronic de doble embrague. Audi asegura que en este apartado ha mejorado la gestión térmica de las cajas de cambio, reduciendo así las pérdidas por fricción y mejorando las relaciones de cambio para lograr un consumo más ajustado.
En cuanto al esquema de suspensiones, Audi asegura que ha retocado el soporte del eje trasero y los amortiguadores para conseguir más precisión, al mismo tiempo que ha fabricado casi todos los componentes del eje delantero (de cinco brazos) y trasero (trapezoidal) en aluminio. También hay cambios en la dirección electromecánica, que ahorra hasta 0,3 litros en toda la gama.
Por último, se seguirá apostando por el sistema clásico de tracción quattro, de serie en el Allroad y disponible con todos los motores a partir del 2.0 TDI de 143 cv. En las versiones V6 quattro se equipará además el diferencial deportivo en el eje trasero, capaz de distribuir la fuerza entre las ruedas posteriores según las necesidades del terreno o de la curva. Equipamiento de serie mejorado La dotación de serie de cualquier A4 se verá incrementada sobre todo a nivel de equipamiento de seguridad. Audi incluirá en todos los modelos la nueva alerta por fatiga, y podrá equipar de forma opcional un sistema de frenada automática a menos de 30 km/h en casos de riesgo por impacto. A esto habrá que añadir los últimos equipamientos ofrecidos por la casa, como el Lane Assist o el Side Assist, que previenen ante un cambio involuntario de carril y detectan a otros vehículos situados en el ángulo muerto.
Audi S4
Es la versión más esperada y al mismo tiempo la que presenta un mayor ahorro en términos de combustible. El nuevo S4 pasará de los 9,7 a los 8,0 litros sin haber alterado los 333 cv de potencia ni tampoco los 440 Nm de par disponibles. De hecho, ha mejorado su aceleración una décima, necesitando sólo 5 segundos para alcanzar los 100 km/h. Entre el equipamiento ofrecido en esta versión destaca el tren de rodaje deportivo y las llantas de 18”.
Según Audi, los precios no se verán prácticamente modificados tras este facelift, es más, algunas versiones costarán menos debido a la rebaja en las emisiones y al consiguiente ahorro en el impuesto de matriculación. De ser así, el precio de acceso a la gama podría bajar de los 29.000 euros, mientras que en el caso del S4 el precio seguiría rondando los 55.000 euros. En cualquier caso, todavía no se ha confirmado oficialmente ningún precio de la gama.