La solución es sencilla: menos potencia, menos peso. El resultado es evidente: unas prestaciones más que satisfactorias.
Y el diseño habla por sí solo. Tomando como referencia el 8C, que ahora bien podríamos calificar como algo entrado en carnes, este bólido de motor central se presenta más emocional que nunca, con líneas suaves y sinuosas y una cintura de avispa, flancos ensanchados y una pequeña cédula de ocupantes para dos.
Pequeño y picante
Sus cuatro metros de longitud, con una batalla de apenas 2,4 metros, esconden un motor de cuatro cilindros sobrealimentado de 1.750 cm3 situado en posición central y que entrega más de 200 CV que se trasladan al eje trasero a través de un cambio de doble embrague. Éste procede del actual Guilietta Quadrifoglio Verde y parece que una de sus principales características es la ausencia del tan temido efecto turbo. El cambio también se puede encontrar en el Mito y en el Guilietta, aspectos que parecen señalar claramente hacia una fabricación en serie del 4C.
En menos de 5 segundos habremos alcanzado los 100 km/h y la velocidad máxima se estima en 250 km/h. Su configuración de suspensiones con un sistema de cuadrilátero alto para el eje anterior y McPherson para el eje posterior, así como el motor situado en una posición bastante baja prometen máxima agilidad debido a su centro de gravedad profundo y a una distribución óptima del peso para un tracción trasera (40 % delante, 60 % atrás). La relación peso/potencia de apenas 4 kg/CV también aporta su granito de arena a la consecución de las prometidas prestaciones.
Previsto también para los EE. UU.
Alfa Romeo todavía no se ha pronunciado oficialmente sobre los consumos, si bien en términos estratégicos estos resultan menos importantes que el anuncio de que a partir de 2013 el 4C emprenderá su camino hacia el mercado norteamericano. Tal y como están las cosas al otro lado del charco, el 4C va a parecerles ciencia ficción, máxime si tenemos en cuenta que la idea de que la cilindrada «es insustituible» sólo cobra realidad en la mente de los fanáticos de los pony cars enamorados de los motores V8.
El precio de compra de este veloz italiano podría rondar los 45.000 euros y, por lo tanto, situarse al nivel del que en la actualidad parece ser su único competidor, el Lotus Elise SC (220 CV, 870 kg y 46.000 euros). Sin embargo, a partir de 2014 la casa italiana tendrá que vigilar de cerca las maniobras de Volkswagen y de Porsche.
