En 2017 la estrella que más miradas acaparó en el stand de Mercedes Benz en el Salón de Frankfurt fue el Mercedes-AMG One Project, un concept car que escondía bajo una carrocería aerodinámica toda la tecnología de un monoplaza de Fórmula 1.
No se sabe si movidos por la euforia del exito ante la expectación creada por aquel prototipo o por qué, los directivos de la marca anunciaron que aquel prototipo se convertiría en un modelo real fabricado en una serie limitada. El proyecto ha sido todo un desafío para los ingenieros de la marca que, además de las dificultades técnicas de la idea, tuvieron que hacer frente a pandemias y a una situación mundial sin precedentes en la historia.
Finalmente, en 2022 vió la luz la versión final del Mercedes-AMG One, el hipercoche definitivo, un superdeportivo que supera los 350 km/h, que en 7 segundos alcanza los 200 km/h y que tiene el motor con la mayor potencia específica del mundo.
Mercedes-AMG One: sin igual
Integrar la mecánica y las soluciones técnicas de un vehículo pensado para una competición tan específica y alejada de las calles como la Fórmula 1 en un coche matriculable es un reto formidable que ha tensado los nervios de los mejores ingenieros de Mercedes, pero al final lo han logrado y aquí lo tenemos.
Bajo una carrocería esculpida en el túnel de viento y repleta de elementos con aerodinámica activa para garantizar estabilidad, refrigeración, eficiencia y diseño, la fibra de carbono que cubre el Mercedes-AMG One oculta un sofisticado sistema de propulsión híbrido basado en muchas de las soluciones empleadas por los monoplazas de la marca en competición.
Para conseguir los 1.063 CV de potencia total, el Mercedes-AMG One dispone de un sistema de propulsión único compuesto principalmente por:
Motor de combustión: se trata de un V6 sobrealimentado por un turbocompresor eléctrico capaz de suministrar hasta 3,5 bares de soprepresión. Gracias a esta tecnología, materiales aeroespaciales para reducir el peso de los elementos móviles y un equilibrado perfecto para ser capaz de girar a 11.000 rpm con seguridad, el pequeño motor de 1,6 litros llega a los 574 CV a 9.000 rpm. Esto significa que su potencia específica es de 359 CV/litro, la más extrema de un motor de calle.
Turbo eléctrico: el turbocompresor está movido por un motor eléctrico de 122 CV, necesarios para que la turbina sea capaz de reaccionar de manera instantánea y alcanzar la presión de soplado necesaria inmediatamente al tocar el acelerador.
Motor eléctrico en el cigüeñal: este motor aporta 163 CV que se suman a los 574 del motor de gasolina y se acoplan al eje trasero mediante una caja de cambios de tipo secuencial.
Motores eléctricos delanteros: cada rueda delantera va acoplada a un motor eléctrico de 163 CV, lo que suman 326 CV en el eje delantero.
Baterías: son de ión de litio y tienen una capacidad de 8,3 kWh y un sistema de refrigeración directa único en su género. Tienen una autonomía de 18 km en modo 100% eléctrico.
La tracción es total a las 4 ruedas y debido a la disposición mecánica, en el eje delantero no hay diferencial y cada motor puede entregar la potencia de manera independiente para conseguir la máxima motricidad e incluso aportar mayor precisión a la trayectoria señalada con el volante por parte del piloto, induciendo cierto efecto direccional al poder transmitir más o menos potencia a cada una de las ruedas delanteras de manera independiente.
En total, los 1.063 CV de potencia permiten al Mercedes-AMG One alcanzar los 352 km/h de velocidad máxima, acelerar de 0-100 km/h en sólo 2,9 segundos y llegar a los 200 km/h desde parado en sólo 7 segundos... como una catapulta.
En cuanto a los consumos medios homologados, este hiperdeportivo anuncia un consumo de sólo 8,2 l/100 km y unas emisiones de 198 g/km de CO2.
Mercedes-AMG One: un cohete terrestre
Por supuesto, las suspensiones y los frenos están dimensionados para semejante capacidad de empuje y asociados a una sofisticada aerodinámica activa que garantiza la máxima adherencia de las ruedas al asfalto.
En el interior del Mercedes-AMG One no hay demasiados elementos que puedan distraer al conductor o añadir peso a un vehículo pensado para ser uno de los automóviles más rápidos del mundo, con una masa de 1.695 kg en orden de marcha. Para conseguir un peso tan ajustado, la fibra de carbono se ha empleado en el chasis, en la carrocería, en las llantas y en una gran parte de elementos de la suspensión, frenos y elementos activos de la aerodinámica.
El cuadro de instrumentos es completamente digital con una pantalla TFT de alta definición en la cual podemos configurar el formato que más nos guste para mostrar la información que deseemos.
Sobre el salpicadero, en la parte central, tenemos un segundo display digital para el sistema multimedia y los controles secundarios y configuraciones. Los asientos están diseñados para recoger y sujetar a los dos únicos pasajeros del Mercedes-AMG One y el volante del conductor está directamente tomado del mundo de la competición, de los monoplazas de Fórmula 1.