Cuando escuchamos el nombre de Ford Mustang, casi todos lo asociamos a un motor V8. Es una parte importante de la identidad del pony car de Ford y, por suerte para los aficionados, se va a mantener con él en un futuro próximo.
La marca del óvalo se ha comprometido a ofrecer su Mustang con un motor de combustión interna y no tiene planes para poner fin a esta cadena cinemática en el modelo.
La compañía fabricará el motor V8 "tanto tiempo como podamos" y no existe una fecha para poner fin a la fabricación de su afamado propulsor de ocho cilindros, ha explicado Mark Rushbrook, director global de Ford Performance Motorsport.
Europa, el gran peligro para el V8 de Ford
En la misma onda se ha pronunciado Jim Owens, director global de la marca Mustang, que ha apuntado que, a pesar de que aumenta la producción de vehículos eléctricos de batería, el fabricante de automóviles estadounidense sigue invirtiendo en motores V8 para futuros modelos.
Esta es la teoría, pero hay que recordar que Ford, como el resto de fabricantes de automóviles, deben enfrentarse a un endurecimiento de las normas de emisiones, sobre todo en Europa, donde el V8 sí que parece tener fecha de defunción: 2030.
Esa es la fecha límite que se ha marcado la compañía para dejar de vender automóviles de combustión interna en el Viejo Continente y fiarlo todo al coche eléctrico. No obstante, una posibilidad que podría mantener vivo el motor de combustión son los combustibles sintéticos, que podrían reducir las emisiones sin necesidad de modificar los motores existentes.
Fuera de nuestro continente, la permanencia del V8 parece más fácil. Si bien es cierto que en Estados Unidos, el principal mercado de Ford, se pretende que los fabricantes reduzcan el tamaño de los motores y añadan turbocompresores para cumplir la normativa, Ford ya ha revelado que la compañía está "siempre probando todo".