La Unión Europea (U.E.) ha establecido objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos en los últimos años, con un límite promedio de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro para 2025. Aquellas marcas que no logren cumplir con estas metas se enfrentan a severas multas que podrían ascender a cientos de millones de euros. Esto ha impulsado a los fabricantes a explorar soluciones innovadoras, y una de las más efectivas ha sido el "pooling" o agrupamiento de emisiones.
Los ingresos de Tesla podrían superar los 1.000 millones de euros
El "pooling" permite a las marcas compartir sus datos de emisiones promedio con otros fabricantes. En este contexto, Tesla, cuyas ventas están compuestas exclusivamente por vehículos eléctricos de cero emisiones, se ha convertido en un socio muy codiciado. Al unirse al "pool" de Tesla, los fabricantes pueden reducir significativamente sus emisiones promedio y evitar las multas de la UE.
Tesla ya ha colaborado en el pasado con otras marcas, obteniendo ingresos millonarios a cambio de compartir sus créditos de emisiones. En esta ocasión, empresas como Toyota, Ford y Stellantis han decidido unirse al "pool" de Tesla para 2025. La marca estadounidense recibirá una compensación económica considerable por estos acuerdos, que podrían superar los 1,000 millones de euros.
El proceso es relativamente sencillo: los fabricantes participantes registran sus ventas junto a las de Tesla, lo que reduce el promedio general de emisiones. Esto les permite cumplir con los requisitos sin tener que electrificar toda su flota de inmediato o enfrentarse a multas millonarias.
Esta estrategia es beneficiosa para ambas partes. Para Tesla, representa una fuente adicional de ingresos que refuerza su posición líder en el mercado de vehículos eléctricos. Para los fabricantes tradicionales, brinda un respiro mientras continúan su transición hacia la electrificación.