El ascenso de los fabricantes chinos en el sector de los vehículos eléctricos es ya una realidad indiscutible. Las marcas de China representan ya el 76 por ciento del total de ventas de coches eléctricos a nivel mundial, consolidando su dominio en un mercado que se proyecta como el futuro de la movilidad.
Este crecimiento explosivo se debe, en gran parte, a la agresiva estrategia de expansión internacional de marcas como MG, BYD, Nio, Xpeng y Geely, que han logrado competir de tú a tú con gigantes tradicionales como Tesla, Volkswagen o BMW, gracias a una oferta competitiva en términos de precio, tecnología y autonomía.
Fuerte crecimiento en Europa e Iberoamérica
Hasta hace pocos años, el dominio de los coches eléctricos estaba en manos de marcas occidentales, con Tesla como el gran referente. Sin embargo, la estrategia del gobierno chino de subvencionar la producción de vehículos eléctricos y fomentar la inversión en baterías y tecnología de nueva generación ha impulsado a los fabricantes locales a una posición de liderazgo. Empresas como BYD han superado a Tesla en ventas en algunos trimestres de 2024 y 2025, mientras que otras marcas emergentes han logrado consolidarse en mercados estratégicos.
Según datos de Rho Motion, la cuota de mercado de los fabricantes chinos fuera de su país ha crecido hasta alcanzar el 8 por ciento de las ventas de eléctricos en Europa y el 11 por ciento en Iberoamérica, cifras que siguen en ascenso. En mercados asiáticos como Tailandia y Australia, las marcas chinas ya controlan una parte significativa del sector eléctrico, impulsadas por precios más accesibles y modelos que se adaptan a las necesidades de los consumidores locales.
¿Cuál es el motivo del éxito de los coches eléctricos chinos? China ha logrado optimizar la fabricación de baterías y coches eléctricos a gran escala, lo que les permite ofrecer modelos con tecnología avanzada a precios más bajos que sus competidores occidentales.
Al mismo tiempo, los fabricantes chinos han invertido fuertemente en el desarrollo de baterías de estado sólido, autonomía mejorada y sistemas de carga ultrarrápida, superando a muchos rivales en innovación. Finalmente, marcas como BYD han establecido fábricas en mercados extranjeros para esquivar aranceles y facilitar la distribución.
El avance chino ha puesto en alerta a los fabricantes tradicionales, especialmente en Europa, donde las marcas locales ven con preocupación cómo BYD y otros competidores asiáticos se hacen con una parte creciente del mercado. Tesla, Volkswagen y Stellantis han intensificado sus estrategias de producción y reducción de costes para intentar frenar el avance chino. Sin embargo, la dependencia de los fabricantes occidentales de las baterías producidas en China sigue siendo un desafío que dificulta la competitividad en precios.