Un ejemplar extremadamente raro y codiciado, el Ford GT40 Roadster Prototype de 1965, ha salido a subasta con la posibilidad real de batir récords. Se estima un precio que puede superar los 7 millones de euros, y es que estamos hablando de un modelo que no solo representa una joya del automovilismo clásico, sino también un ícono del legado de Ford en los circuitos más legendarios del mundo.
La historia del GT40 está íntimamente ligada a la ambición de Henry Ford II por derrotar a Ferrari en Le Mans durante la década de 1960. En ese contexto, nació el GT40, un coche de competición que logró lo impensable: arrebatarle la corona a la marca italiana en la mítica carrera de resistencia. Sin embargo, mientras el coupé se convirtió en la imagen más reconocible del modelo, pocos recuerdan que también existió una variante aún más exótica: el GT40 Roadster.
Precursor de las victorias de Ford en Le Mans
Solo se fabricaron 12 GT40 Roadster, de los cuales 5 fueron prototipos desarrollados por Ford Advanced Vehicles en el Reino Unido. El ejemplar que ahora busca nuevo dueño es uno de esos cinco ejemplares, conocido como GT/109, y es el único que se conserva en su estado original con motor, chasis y carrocería intactos. Este dato lo convierte en una verdadera "unicornio".
Este Ford GT40 Roadster fue pilotado en las 24 Horas de Le Mans por los legendarios pilotos franceses Maurice Trintignant y Guy Ligier en 1965. Por tanto, es el único Ford GT Roadster que compitió en Le Mans, siendo precursor de las victorias de Ford en las 24 Horas de Le Mans de 1966 a 1969.
Con su motor V8 que rondaba los 400 CV de potencia y un peso por debajo de los 1.000 kg, este ejemplar en particular cuenta con una historia rica y documentada. Fue utilizado como coche de pruebas por Ford y Shelby American, y pasó por las manos de pilotos legendarios como Ken Miles y Jim Clark.
La casa de subastas Mecum Auctions, encargada de subastar esta unidad el próximo 17 de mayo en Indianápolis (Estados Unidos), espera que su rareza, autenticidad y pedigrí impulsen el precio por encima del récord anterior de 7 millones de euros que otro GT40 alcanzó en el pasado. Y no sería sorprendente: hablamos de un vehículo que no solo fue testigo del nacimiento de una leyenda, sino que participó activamente en ella.