El plazo para conseguir esta difícil tarea es bastante largo (2020), y todos los avances alcanzados hasta a hora por el fabricante sueco giran en torno a lo que ya conocíamos: un radar permanente y un efectivo sistema de frenada de emergencia que están siendo continuamente mejorados. Y es que, en realidad, cualquier sistema para evitar colisiones con animales salvajes no debería diferir demasiado del utilizado para evitar los atropellos a peatones en las ciudades. Por esta razón, Volvo ha partido del sistema de detección de peatones que ya inauguró en 2010 en su gama (con frenada de emergencia automática del coche) y lo está aplicando en la detección de diferentes tipos de animales. El trabajo más difícil, por tanto, es el de analizar todos los tamaños, siluetas y movimientos de los animales que más probabilidades tienen de cruzarse en caminos y carreteras.
Lógicamente, Volvo ha comenzado a analizar los animales más típicos de sus parajes (alces, ciervos o renos) y para ello ha grabado numerosas secuencias en un “safari” privado, donde un software ha recogido los patrones de conducta más habituales de estas especies. Sólo en Suecia, por ejemplo, hay más de 40.000 accidentes al año causados por el atropello de uno de estos animales. En el caso del alce es especialmente peligroso debido a su tamaño y peso, ya que pueden rodar fácilmente por encima del capó y romper el parabrisas con un impacto bastante violento.
Según Andreas Eidehall, uno de los responsables del proyecto, “sabemos que existiría un gran interés en el mercado por este tipo de tecnología. Cuando presentamos el sistema de protección de peatones hace un año, mucha gente nos preguntó acerca de su posible aplicación con animales. Ahora estamos estudiando y desarrollando el software que lo haga realidad y en pocos años podrá estar disponible en el mercado”.