El L1 es un concepto de Volkswagen diseñado para dos personas en posición de tándem (es decir, una delante y la otra detrás) construido en fibra de carbono y consistente en un motor eléctrico combinado con un TDI de cilindrada 0.8. El consumo que registra es de 1,49 litros cada cien kilómetros… Hace siete años, el actual presidente del Consejo de Administración de Volkswagen pilotó un prototipo (la primera generación de éste) desde la ciudad de Wolfsburgo hasta Hamburgo, estableciendo un consumo cada cien kilómetros cercano a un litro. Los deseos de aplicarlo a modelos en serie se desataron, pero se encontraron con el “pequeño” problema financiero: asumir los costes de la fibra de carbono con el que estaba producido dejaría su precio de concesionario en un auténtico disparate.
Eje central: la fibra de carbono
En la segunda generación, siete años después, la cuestión de los materiales y del peso sigue siendo el mayor dolor de cabeza para Volkswagen, que asegura que ya se van acercando a un coste “asumible” para el consumidor. Según la información oficial, Volkswagen aproxima que 2013 sería un buen año para comenzar a introducirlo en el mercado.
Así, las pautas que han seguido los creadores para diseñar el L1 son una carrocería de sólo 124 kilos construida en fibra de carbono en la que hay espacio para dos personas colocadas en modo tándem (para reducir la resistencia aerodinámica). El peso total del coche es de 380 kilos se desgrana de la siguiente forma: 124 kilos corresponden a la carrocería, 79 al chasis, 122 a las unidades de propulsión, 35 kilos al equipamiento y otros 20 a la electrónica. La razón de seguir empeñados en utilizar la fibra de carbono a pesar de su coste es evidente: el peso es bajísimo y la resistencia muy alta.
Diseño
El L1 mide 3,81 metros de largo, 1,20 de ancho y 1,14 de alto (la misma altura que un Lamborghini Murciélago) y el acceso a él tiene lugar a través de una escotilla superior que se abre lateralmente dejando los asientos al descubierto. Ésta puede ser accionada desde el interior para que la apertura se realice eléctricamente. Por cierto, aunque parezca que no hay espacio, en el L1 se han instalado airbags laterales, de cabeza y otro de volante.
Como la principal preocupación es la resistencia aerodinámica, el L1 tampoco lleva retrovisores, sino cámaras que informan al conductor del entorno a través de dos pantallas a cada lado. También tiene un asistente de aparcamiento que facilitará la tarea. En la parte exterior, la contribución al ahorro viene por parte de las ruedas de baja fricción Michelin Energy Saver con medidas 95/60 R16 delante y 115/70 R16 detrás. Los bajos también han sido revestidos completamente.
Eléctrico + TDI
El L1 combina dos motores, uno eléctrico y otro diesel 0.8 TDI de 39 cv, que transmiten su fuerza a las ruedas delanteras a través de un cambio DSG de siete marchas. El motor eléctrico, capaz de generar 14 cv de potencia, está alimentado por baterías de ión-litio y sirve principalmente de apoyo al motor de combustión, aunque puede mover el coche por sí solo durante un breve recorrido. El conductor, además del sistema de parada y arranque automáticos Start&Stop, tiene dos programas para gestionar la entrega de potencia del coche: un “Eco” en el que se sacan 27 cv a 4.000 revoluciones y otro “Sport” en el que se llega a 39. El par máximo que puede generar el L1 es de 100 Nm a 1.900 revoluciones.
El bloque TDI procede del 1.6 TDI Common-Rail que actualmente equipan los modelos Bluemotion de la gama, aunque evidentemente el número de cilindros es dos y no cuatro. Así, el Volkswagen L1 alcanza una velocidad máxima de 160 km/h y se pone a 100 km/h en 14,3 segundos, lo cual no está tan alejado de utilitarios compactos con motor pequeño. El depósito de gasóleo es de 10 litros de capacidad y ofrece una autonomía de aproximadamente 670 kilómetros con un consumo medio de 1,49 litros.
