Se trata de un prototipo que refleja el concepto de diseño Nagare, traducido del japonés como fluidez y utilizado por la firma asiática en sus últimos modelos. El Mazda Taiki ha sido uno de los grandes protagonistas del Salón Internacional del Automóvil de Madrid. Es el automóvil más destacado de uno de los stands más atractivos de la muestra, en el que ha estado acompañado por las últimas novedades de Mazda. Unas novedades que en el futuro podrían compartir concesionario con modelos deportivos diseñados a partir del prototipo que emula la forma del viento.
La fluidez de los Hagoromo
El equipo de ingenieros designado por Mazda para crear el Taiki tenía como objetivo diseñar un boceto que expresara visualmente el flujo de aire. Para ello, tomaron como punto de partida el tema de los Hagoromo, la vestimenta de unas doncellas celestiales de la mitología japonesa que eran capaces de volar. A partir de ahí, y utilizando recursos como empapar trapos de escayola y colgarlos al viento para solidificar el movimiento del aire, consiguieron dibujar una carrocería extremadamente aerodinámica que se caracteriza por la fluidez de sus líneas, la situación de las ruedas traseras y la apertura vertical de las puertas.
Además, destaca el diseño de las llantas de las ruedas delanteras y el sistema de iluminación, por LED en la parrilla frontal, e integrado en la carrocería en las ópticas traseras y los intermitentes. También llama la atención la mayor anchura del coche en la parte delantera que en la trasera, dónde los bajos tienen una destacada distancia con respecto al suelo. Todo ello está dirigido a reducir el coeficiente aerodinámico, que es de tan solo 0,25.
Este dato, junto a la configuración del propulsor rotativo de última generación en la parte delantera y la tracción trasera, provocaría un reducido consumo de combustible y unas emisiones del CO2 muy bajas en el caso de que el Taiki se produjera en serie.
Un interior futurista
El habitáculo del prototipo de Mazda continúa con la referencia a la forma del flujo de aire. En este caso, los diseñadores se han basado en el concepto Koinobori, que designa las banderolas decorativas que ondean en los cielos de Japón en mayo. De esta forma han conseguido un interior que parece estar formado por una sola pieza y que transmite una gran sensación de ligereza gracias al techo transparente del Taiki. Un elemento que, en una vista cenital del prototipo, permitiría ver la división del interior en dos mitades, una blanca y otra negra, entre las que se encuentra un salpicadero muy ondulado que se extiende hasta el asiento del conductor.
Alrededor de la plaza del piloto se encuentra uno de los detalles más futuristas del prototipo, que sirve como ejemplo del nivel de diseño y tecnología aplicados en la concepción del Taiki. Una fila de luces LED funciona como tacómetro, indicando las revoluciones del motor con una luz que parpadea de delante hacia atrás. Se trata de una ráfaga de viento más para alcanzar la sensación de fluidez que predica el concepto de diseño de Mazda, el Nagare.
(El Mazda Taiki es un biplaza que mide poco más de cuatro metros y medio de largo, dos metros de ancho y un metro y veinte centímetros de alto. La distancia entre ejes es de tres metros y tiene un motor rotativo Renesis de nueva generación de Mazda situado en la parte delantera. Sin embargo, la tracción es trasera y tiene una transmisión servoasistida de siete velocidades con embrague seco doble)