Citroën nos sorprendía con el C4 Cactus por muchas cosas: va a ser fabricado en exclusiva para todo el mundo en la factoría de Villaverde (Madrid), su estética mezcla los rasgos de un compacto con los de un SUV, está basado en la plataforma PS1 del grupo (la misma que el C3 Picasso o el Peugeot 208), su interior es muy funcional… Pero principalmente nos llama la atención esas pequeñas molduras ribeteadas de colores ubicadas en las puertas que nos afirman son revolucionarias. ¿Tan importantes son para la seguridad? Sí y te descubrimos por qué. Conocemos los parachoques de toda la vida y las vigas y travesaños que colocan los fabricantes para reducir los efectos de un accidente en las personas. A esta dotación se le suman los cinturones de seguridad, los reposacabezas activos, los airbags… Ahora, en el caso de Citroën, hay que añadir los Airbump, que los instalan en su nuevo C4 Cactus y con los que, dicen, están salvados los pequeños golpes. ¿Tan seguros están?
Los Airbump son fácilmente identificables en la carrocería del todocamino. Al margen del diseño y el toque de distinción que aportan respecto a la pintura de la carrocería (y que nunca antes hemos visto en un automóvil de estas características), a nivel técnico se trata de una burbuja de aire que, según los ingenieros de Citroën, “funcionan de forma similar a las defensas cilíndricas que usan los yates cuando se acercan al puerto para no golpear el pantalán y dañar la embarcación”. Es decir, son como una especie de amortiguadores que evitan daños a baja velocidad como, por ejemplo, a la hora de aparcar o un toque por alcance en ciudad. Cada una de las 15 burbujas que protegen el lateral del C4 Cactus tiene una profundidad de 20 milímetros y es estanca, por lo que cuando reciben un golpe, las ‘pompas’ del interior retienen el aire y la carcasa exterior de los Airbump vuelve a su ser, como si nada hubiese pasado.
Citroën ha estudiado que el anclaje y desanclaje de estos elementos para que sea sencillo sustituirlos cuando se necesite. Los mecánicos de los talleres pueden hacerlo en apenas unos minutos ya que se unen a las puertas a través de 16 anclajes plásticos, de fácil manipulación.
Revolución en el sector
Para que los Airbump llegasen a producción, los ingenieros de la firma estudiaron multitud de fórmulas y elaboraron más de 3.000 prototipos, 2.000 de ellos a gran escala. El utilitario C3 sirvió de base para los primeros test reales: se recubrieron íntegramente las puertas del coche y se lanzó contra él, en diversas ocasiones, un carro de 40 kilogramos a una velocidad máxima de cuatro kilómetros/hora. Además, se aprovechó el recubrimiento para abrir y cerrar las puertas y golpearlas con unos bolardos. ¿El resultado de todo? Ni el más mínimo arañazo.
La idea surgió en 2007, cuando se diseñan los primeros bocetos del Airbump. En 2010 se firma una acuerdo con la empresa alemana Rehau para que los fabrique (lo hace en la planta de Tarragona y de ahí se transportan a la factoría de Villaverde, en Madrid). En 2011 se elige el modelo definitivo hasta 2013, año de fabricación de la primera pieza en serie.