El estudio, denominado ecoDrive ha sido elaborado gracias a más de 5.000 conductores de cinco países, a los cuales se ha analizado al volante durante 150 días y a lo largo de 428.000 trayectos. La conclusión ha sido clara: tan importante es el papel de las marcas para poner en el mercado productos eficientes como la gestión de los mismos por parte de los consumidores. España, a la cola
Pero el lado negativo es que España ha obtenido los peores resultados en el estudio, obteniendo una calificación general de 56,6 puntos sobre 100. El conductor español, que sí es según Fiat el que más rápido aprende, es sin embargo el menos eficiente de los cinco países sometidos al examen (el resto son Italia, Alemania, Inglaterra y Francia). Esta puntuación, que en Inglaterra han conseguido llevar hasta los 61,8 puntos, se obtiene en base a cuatro parámetros diferentes (aceleración, velocidad, cambio de marchas y desaceleración).
Los datos recabados por Fiat demuestran que la mayoría de los conductores obtienen las mejores notas en velocidad y desaceleración, mientras que el cambio de marchas y la aceleración fueron los factores susceptibles de ser mejorados y por tanto, son los que mayor peso relativo tienen para realizar una mejora en la eficiencia (en concreto un 60% sobre el total).
Por países, este estudio asegura que los mejores en todo, pero especialmente al cambiar de marcha, son sin duda alguna los británicos. Los alemanes, que también cambian de marcha en el momento adecuado y consiguen una velocidad muy constante, aceleran sin embargo con demasiada intensidad. Francia e Italia concentran sus mayores dificultades en las deceleraciones y los cambios de marcha, y al revés que nosotros, no consiguen aprender y mejorarlo. España es la que peores resultados iniciales ha obtenido, pero sin embargo la que más crecimiento ha experimentado al finalizar la prueba y tras recibir los consejos ecológicos.
Consejos
Conducción agresiva: las frenadas y aceleraciones bruscas consumen combustible y dañan el motor
Cambio de marcha: pasar a la marcha adecuada en el momento adecuado, ya que con revoluciones altas aumenta el consumo de combustible
Velocidad constante: mantener una velocidad moderada y constante permite alcanzar la máxima eficiencia en la conducción
Planificación anticipada: elegir el trayecto más breve, evitar las horas punta y viajar con más personas a bordo para llegar al mismo destino
Correcta presión de los neumáticos: los neumáticos desinflados aumentan la resistencia
Sobrecarga del automóvil: un peso excesivo hace funcionar más el motor
Buen mantenimiento: mantener el motor y los recambios con la máxima eficiencia
Conducción sobremojado: el agua sobre carretera crea resistencia al arrastre
Ventanillas cerradas: las ventanillas abiertas a una velocidad superior a 50 km/h ejercen resistencia aerodinámica
Aparatos eléctricos del automóvil: el aire acondicionado y otros dispositivos aumentan el consumo de combustible
Uso del ordenador de a bordo: mantiene bajo control los consumos de combustible
No son más lentos
Un dato importante a destacar, y que sirve para eliminar el tópico más común, es que un conductor ecológico no es un conductor más lento. De hecho, este estudio demuestra que, al anticiparnos a la circulación, planificar nuestra ruta para evitar tráfico y realizar así menos paradas, la velocidad media puede subir casi un 3% y por tanto, se puede reducir el tiempo empleado en un trayecto.
En la misma línea, el estudio ha demostrado que hay países donde es más fluida la circulación y por tanto más fácil realizar una conducción ecológica. Alemania tiene la mayor velocidad media y el menor tiempo de parada del motor, mientras que España e Italia son los que más aglomeraciones sufren en este sentido.
¿Cuánto se puede ahorrar?
Fiat asegura que, de media, la conducción ecológica permite ahorrar anualmente 133 kg de CO2 y 80 euros de combustible a cada conductor. Para el 10% que representan los “mejores eco-drivers”, estas cifras pueden aumentar hasta los 354 kg de CO2 y 211euros de combustible ahorrado. A lo largo de la vida útil del automóvil (que en Europa es de unos 7 años y medio), el ahorro económico alcanzaría un margen de entre 600 y 1.600 euros.
Pero observando estos datos a gran escala, el combustible ahorrado anualmente equivaldría a 5 veces la producción anual de petróleo de la instalación de perforación más grande del mundo; las emisiones de CO2 serían equivalentes a las que se producen anualmente en Portugal y el dinero sería el mismo que el total de la inversión europea en energías renovables en 2009.