Hay leves diferencias en cuanto a la potencia resultante y al modo de propulsión con respecto al primer e-Tron, pero la esencia es la misma: dejar claro que los deportivos también tendrán un hueco en el segmento de los coches eléctricos. Puede ser que tengamos delante de nuestros ojos el segundo modelo R de Audi. Con una carrocería “a escala” del A5, el nuevo e-Tron tiene el aspecto que cualquier diseñador de coches deportivos querría para su proyecto. Proporciones exactas, poca altura y un ancho poderoso. El Detroit-Showcar Audi e-Tron mide 3,93 metros de largo y sólo levanta otros 1,22 metros desde el suelo. Está construido en una carrocería de aluminio ligero y su autonomía sigue siendo mejore que la de cualquier eléctrico compacto.
2 en vez de 4
Si en el e-tron que partía del R8 (más...) eran cuatro las unidades eléctricas que propulsaban el coche, aquí son sólo dos, algo en parte comprensible porque el peso es casi 300 kilos menor (1.350 frente a los 1.600 del R8) y porque sus aspiraciones deportivas tampoco son tan exageradas. El resultado de la versión ahora presentada es de 204 cv, pero el dato de aceleración es sorprendente. Este e-Tron sólo tarda 5,9 segundos en ponerse a 100 km/h y su velocidad máxima permitirá rozar los 200 km/h. Estas prestaciones son incluso mejores que las que ofrece el Audi A5 2.0 TFSI de 211 cv (acelera en 6,6 segundos). De igual forma que en la versión eléctrica del R8, la autonomía de las baterías podría alcanzar los 250 kilómetros aproximadamente.
Otra de las características comunes entre ambos modelos es que cuentan con el sistema de reparto de par torque vectoring, gracias al cual se reparte la capacidad de tracción entre las ruedas motrices (en este caso las traseras) para salir de una forma más directa de las curvas y corregir los problemas de subviraje y sobreviraje. Uno de los factores clave de la dinámica de este coche es, según Audi, que el reparto de pesos sigue siendo 40:60 debido a que las baterías (de unos 400 kilos de peso) van situadas por delante del eje trasero.
Interior
Dentro de ambos modelos e-Tron existe un elemento determinante: la “bomba de calor”. Es un sistema que evita el consumo de energía en movimiento y se basa en la acumulación de energía durante la recarga para luego liberarla en forma de frío o calor según las condiciones climatológicas. Este método se utiliza principalmente para no mermar la autonomía del vehículo y fue una solución que se tuvo que tomar necesariamente, ya que los motores eléctricos no son capaces de generar tanto calor como los térmicos.
En el puesto de conducción también se ha suprimido la consola central porque todos los sistemas de navegación van incluidos exclusivamente en el “cockpit”. Desde el volante se controlará el navegador MMI y muy próximo a éste se colocará cualquier dispositivo electrónico (como un Smartphone) que permita manejar las funciones de audio, música, agenda o navegación. Por esa razón no existen prácticamente botones en el interior de este e-Tron. La conexión con el Smartphone se realiza vía telefónica y permite controlar el vehículo desde cualquier punto del mundo, pudiendo regular la temperatura del coche antes de subir a él o subir las ventanillas si las hemos dejado abiertas.
