Esta es su historia de éxito. Fue el gran salvador de la marca asiática. El modelo que logró impulsarla a ella y al sector de los todocaminos. En efecto, estamos hablando del Qashqai, el cual cumplirá durante este mes de febrero nada menos que 10 años. En este tiempo, el superventas de Nissan ha logrado encandilar a nada menos que 3,3 millones de unidades gracias a su especial filosofía de combinar la carrocería de un todocamino con el espacio, habitabilidad y dinamismo de un compacto. En resumidas cuentas, que el segmento de los corssover no sería nada si no hubiera aparecido el Qashqai.
No iba a ser lo que fue
Pero la historia original de este modelo guarda cierto punto de fortuna. Y es que el modelo que surgió del ‘barro’ estaba destinado a ser la nueva generación del Almera allá por el 2002. Aunque no todo funcionaba bien en el equipo. Nueve meses después de iniciarse el proceso, en una reunión celebrada el 13 de diciembre de 2002, los miembros llegaron a varias conclusiones ciertamente dolorosas. Las más importantes fueron que el nuevo coche no sería tan rentable como se esperaba, ni tampoco se ajustaría a las expectativas de los clientes. En ese momento, se les ocurrió la idea de hacer un “mini-Murano”, más aun aprovechando la creciente popularidad del segmento SUV.
De esta forma, los equipos de diseño de Nissan en todo el mundo recibieron el reto de crear un exterior y un interior. Como resultado de una colaboración global, una propuesta presentada por Nissan Design Europe (NDE) se convirtió en 2004 en el prototipo del Qashqai.
Aparece el primer prototipo
De esta forma, unos meses después, concretamente en el Salón de Ginebra de 2004, aparece el primer Qashqai de la historia. Una nomenclatura derivada del nombre de una tribu iraní relacionada con la denominación del coche como «nómada urbano». El modelo fue recibido con escepticismo, ya que los medios automovilísticos eran reticentes a aceptar que existiera un mercado para el nuevo y extraño híbrido de SUV y turismo de Nissan.
Sin embargo, Nissan estaba seguro de que el Qashqai era el producto adecuado. La nota de prensa que acompañaba al coche era muy reveladora y decía lo siguiente: «Nissan es uno de los primeros fabricantes en identificar la evolución de los gustos de los clientes, por lo que cada vez más usuarios comprarán coches como el Qashqai.»
Tras el evento en Ginebra, el trabajo de desarrollo del modelo de producción continuó y el diseño final y las especificaciones de ingeniería quedaron fijados. En ese momento ya se había tomado la decisión de que el Qashqai sería el sustituto tanto del Almera en el segmento C como del Primera en el segmento D. El Primera era un coche bastante decente, pero había conseguido unas ventas flojas en comparación con los principales competidores del segmento. Dos años después, en el Salón de París se descubre el modelo definitivo, manteniendo el impronunciable nombre de Qashqai. A partir de ahí, la historia de éxito comienza a fraguarse.
Locura comercial
En febrero de 2007, se pone oficialmente a la venta, logrando un éxito sin precedentes. No en vano, a finales de año ya se habían vendido nada menos que 100.000 unidades en toda Europa, siendo el Reino Unido el principal foco de actuación, con el 18% de las ventas.
Un año después, la gama se amplía con la llegada de la versión más capaz y habitable el Qashqai+2, que ofrecía mayor practicidad para familias más numerosas gracias a su tercera fila de asientos. Una carrocería ligeramente más grande que también llegó al público, pues en total se vendieron más de 235.000 unidades en el Viejo Continente.
En 2010, Nissan ya había vendido la impresionante cantidad de 1,2 millones de Qashqai en toda Europa, y celebró este hito con el lanzamiento de una versión actualizada que incluía toda una serie de mejoras de diseño y tecnología. Además del nuevo aspecto delantero, Nissan también introdujo el innovador sistema de la cámara de visión 360º para aparcar, que ha supuesto un importante elemento de ventas para Nissan hasta la fecha.
Aire fresco
La demanda de crossovers siguió creciendo y Nissan ya estaba trabajando en la nueva versión de su coche pionero. Así, en noviembre de 2013, apareció la segunda generación, siendo presentada de forma oficial en marzo del año siguiente, de nuevo con el Salón de Ginebra como testigo. El modelo actual es casi 5 cm más largo que su predecesor, así como más más bajo y ancho, además de contar con un diseño exterior mucho más elegante y atlético y un interior de mayor calidad; todo sin perder su ADN de crossover original.
La gama de nuevas tecnologías resultó clave para su atractivo. Tecnologías como el escudo de protección inteligente, compuesto por el sistema anticolisión frontal, el detector de fatiga y el identificador de señales de tráfico. El compromiso y la atención al detalle a la hora de desarrollar la segunda generación del Qashqai dieron sus frutos; en 2014, el coche recibió el prestigioso título al Coche del Año de la respetable guía de compra británica What Car?, además de ser nombrado el Mejor SUV Compacto en 2015 y 2016 por la misma publicación. Desde 2014 se han vendido 700.000 unidades del Qashqai II en Europa.
Y ahora, 10 años entre nosotros
Una década después, casi todas las marcas generalistas han seguido el ejemplo del Qashqai. De hecho, cuenta con nada menos que 21 rivales directos. No obstante, ninguna ha llegado, de momento, a ensombrecer las ventas del modelo asiático. A finales de 2016 ya se habían vendido 2,3 millones de unidades del Qashqai en Europa. Actualmente el coche está a la venta en 99 mercados de todo el mundo, desde Antigua a Australia o Argelia y Angola, y las ventas han alcanzado los más de 3,3 millones de unidades desde 2007.
Tras diez años, las ventas del Qashqai respaldan el éxito comercial de Nissan en Europa. Sigue siendo el crossover más popular porque la propuesta del modelo no ha cambiado y esa fusión entre la practicidad de un SUV y la eficiencia de un turismo lo ha convertido en el modelo europeo con más éxito en los 83 años de historia de Nissan.
