Desde Wilson, y prácticamente desde los comienzos de la industria del automóvil, Cadillac ha ido evolucionado sus coches presidenciales adaptándolos a las necesidades de cada uno de sus propietarios. El turno es ahora de Obama. El nuevo coche presidencial de la Casa Blanca es el sustituto del Cadillac DTS Presidential Limousine estrenado en 2004 por George Bush. Está creado por un pequeño grupo de expertos en seguridad del automóvil y tiene algunos elementos que son similares a los que llevan sus modelos de calle como el Escalade o el CTS sport sedán. Un ejemplo es la rejilla delantera, las líneas verticales o la iluminación delatera y trasera. El tamaño, por lo que asegura Cadillac, es exactamente el mismo.
Como es lógico, la nueva limousina de Obama está cargada de tecnología, seguridad y lujo: los asientos de la parte trasera se han montado para crear una oficina móvil donde el presidente tendrá acceso a toda la información de última hora. Además, los cristales permiten una total visibilidad desde el interior y la carrocería tiene un blindaje de unos 20 centímetros.
El trabajo de Cadillac al servicio presidencial de los Estados Unidos comenzó con el presidente Wilson y con su paseo triunfal por las calles de Boston tras ganar la primera Guerra Mundial, en 1919. Eisenhower, conocido como uno de los presidentes más apasionados por el mundo de los coches, fue durante su mandato el primer presidente en lucir un Cadillac Eldorado producido para este motivo.