Si te gustan los coches, la velocidad, los circuitos y te sobra el dinero, estás de enhorabuena porque pocas creaciones tan atractivas hay en el mundo como este circuito que ha construido un multimillonario japonés para el uso y disfrute de los pilotos más exclusivos.
Construido en una región montañosa a 70 minutos al sur de Tokio, el Magarigawa Club es el primer club para pilotos de Asia, con su circuito de 3,2 km de longitud como principal atractivo. Excavado en una montaña, cuenta con una recta de 800 metros, 22 curvas (varias de ellas ciegas) y velocidades máximas que rondan los 250 km/h.
Magarigawa Club, para los conductores más selectos
El trazado ha sido diseñado por Tilke Engineering and Architects, que no es un novato en estas lides, pues se trata de un conocido diseñador de circuitos de Fórmula 1 y que ya ha creado el circuito urbano de Valencia o los circuitos de Las Vegas, Yas Marina, Bahrain, Shanghai, Istambul y Sepang.
La empresa también ha creado un equipo de instructores de élite, encabezado por el ganador de las 24 Horas de Le Mans en 1995 y veterano piloto de carreras Masanori Sekiya, para enseñar los puntos más delicados de la conducción a alta velocidad.
Pero el lujo y la exclusividad no se quedan solo en un magnífico trazado, sino que hay más. Las instalaciones del paddock de Propietarios contarán con cinco villas con vistas a la pista y ofrecerán plazas de garaje para un máximo de 4 coches cada una, amplias viviendas, servicio de limpieza y conserjería. Los socios también tendrán acceso a baños termales, instalaciones de spa, un restaurante de primera categoría, salas de fitness y entrenamiento, un bar y guardería.
Esto es si quieres alojarte allí, con todos los beneficios del club privado, pero hay otras opciones de membresía, a un precio de más de 200.000 euros que dan acceso a utilizar el circuito.
El club privado. Magarigawa tiene como potenciales clientes grandes fortunas de Japón, Taiwán, China, Corea, así como de Europa y EE.UU. Para todos ellos, los responsables del club apuntan que el circuito se asienta en un terreno al pie de la península de Boso, en la prefectura de Chiba, a sólo 60 minutos de los dos aeropuertos internacionales de Tokio, Narita y Haneda.