El Departamento de Defensa ha incluido en su lista negra a CATL, principal fabricante mundial de baterías para vehículos eléctricos, por sus presuntos vínculos con el ejército chino. Este movimiento, que forma parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para contrarrestar la influencia tecnológica de China, podría tener repercusiones significativas tanto para CATL como para la industria automotriz global.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha identificado a CATL como una de las empresas tecnológicas chinas que podría estar colaborando indirectamente con las fuerzas armadas de su país y espiando para China. Aunque CATL ha negado categóricamente cualquier relación con el ejército, esta acusación subraya las crecientes tensiones entre Washington y Pekín, donde la tecnología y la seguridad nacional se han convertido en puntos clave de disputa.
BMW, Tesla y Ford colaboran con CATL
La inclusión en la lista negra impone restricciones significativas a CATL, limitando su acceso al mercado estadounidense y prohibiendo cualquier transacción directa con empresas armamentísticas estadounidenses sin una autorización especial. Esta decisión podría afectar la colaboración de CATL con fabricantes de automóviles, como Tesla, Ford y BMW, que dependen de sus baterías para el desarrollo de su negocio eléctrico.
La decisión del Pentágono también podría tener implicaciones más amplias, pudiendo intensificar la carrera por el desarrollo de baterías fuera de China, incentivando a los fabricantes occidentales a invertir en tecnologías locales.
Por su parte, CATL ha emitido un comunicado rechazando las acusaciones y reafirmando su compromiso con el desarrollo de tecnologías sostenibles. Mientras tanto, el gobierno chino ha calificado la medida como un intento de Estados Unidos por restringir injustamente a sus empresas líderes en tecnología.