EGR proviene de su significado en inglés, Exhaust Gas Recirculation, que traducido al español sería Recirculación de Gases de Escape. La función de la válvula EGR es reintroducir el humo producido de la combustión del motor, en los cilindros para conseguir una reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno a la capa de ozono. Por tanto, el objetivo está claro, reducir la contaminación y mejorar la salud medioambiental.
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Esta válvula es un eterno debate entre la gasolina y el diésel. Pese a su buena función de reducir las emisiones, la EGR es mucho más propensa a estropearse en los motores diésel por culpa de la adhesión progresiva de carbonilla que puede llegar a obstruir la válvula y perder potencia de motor.
Una avería no es barata
Hay que tener cuidado con el trato que le demos a la EGR. Si queda atascada por acumulación excesiva de carbonilla, puede que no se abra o cierre del todo, por lo que su labor de recircular parte de los gases que salen por el escape hacia la admisión, no tendrá lugar o sería defectuosa.
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Es difícil tener una avería de la EGR en un motor gasolina y más común en un diésel. No podemos evitar una avería mecánica en general, pero sí podremos intentar prevenirla. La EGR trabaja mucho más si conducimos a bajas revoluciones y marchas largas (más típico de un diésel) por lo que lo más aconsejable para darle cariño a la válvula sería consumir algo más de combustible con tal de alargar su vida. Es conveniente también limpiarla, quedando de tal forma como se muestra en la imagen.
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Conducir siempre a bajas revoluciones, hará que se estén recirculando gases constantemente por lo que dichas emisiones acabarán obstruyendo los conductos. No es una avería barata. Por ello, podemos intentar darle una duración más larga con las recomendaciones comentadas previamente. Recuerda que el objetivo es positivo, reducir la emisión de óxido de nitrógeno.
Normativas contra la contaminación
En Europa, esta válvula es obligatoria tenerla equipada desde el año 1996 con la entrada en vigor de una regulación anticontaminación. Aunque parezca que hace mucho de esto, en Estados Unidos, donde siempre las medidas han sido más fuertes, algunos vehículos ya las llegaron a usar desde los años 70.
A día de hoy, con la preocupación tan grande acerca de la contaminación y el fuerte daño a la capa de ozono de los coches por combustión, deberíamos tomarnos muy en serio la mecánica que busca ayudar al planeta. Gracias a dios, las grandes potencias europeas se alían para conseguir un mundo sostenible de la conducción que respete el ecosistema. Nos referimos a planteamientos como IONITY, una red que fomenta la conducción eléctrica con vistas al 2020.