Si pensabas que ya lo habías visto todo en el mundo del lujo automovilístico, este Bentley Flying Star llega para desmontar tus ideas. Se trata de una versión rarísima y completamente artesanal del Bentley Continental GTC Convertible, transformado por el carrocero italiano Touring Superleggera en un espectacular shooting brake. Lo mejor de todo: podría ser tuyo, porque sale a subasta en febrero.
Un Bentley que no verás todos los días
Esto no es un Bentley cualquiera, que ya son raros de ver en España. Para empezar, solo existen 19 unidades del Flying Star en todo el mundo. Esta joya arrancó su vida como un Bentley Continental GTC Convertible, pero su primer propietario decidió ir un paso más allá y enviarlo a Touring Superleggera. El resultado es un coche tan exclusivo como excéntrico: un biplaza con un diseño que mezcla deportividad y practicidad gracias a su configuración shooting brake.
Transformar este Bentley costó la friolera de 343.000 euros, y eso sin contar el precio del coche original. Ahora, este modelo busca un nuevo dueño en una subasta en París, donde se espera que su precio final esté entre 300.000 y 400.000 euros. Es curioso pensar que, a pesar de su exclusividad, su primer propietario podría no recuperar toda su inversión.
Detalles que marcan la diferencia
El Flying Star no es solo un coche bonito, es un ejercicio de ingeniería artesanal. Touring Superleggera alargó las puertas delanteras, diseñó un techo fijo a medida y rediseñó toda la parte trasera para incorporar un portón único con faros elípticos. Cada uno de estos detalles requirió más de 4.000 horas de trabajo manual, algo que explica su precio astronómico.
Para completar la experiencia de lujo, el coche viene con un juego de equipaje hecho a medida, que encaja perfectamente en su maletero. Es uno de esos detalles que sólo se ven en los coches más exclusivos.
Bajo el capó, este Bentley lleva un motor W12 biturbo de 6.0 litros que entrega 552 CV. Aunque su potencia no sea lo más impresionante en comparación con los superdeportivos actuales, el Flying Star tiene algo que no se puede medir en caballos: carácter. Además, con solo 7.467 kilómetros en el marcador, este modelo está prácticamente nuevo.
El interior también merece una mención especial. Tapizado en cuero beige, muestra un desgaste mínimo y conserva ese aroma y elegancia propios de los coches de lujo clásicos. Algunos detalles en madera pueden parecer algo "vintage", pero eso solo suma encanto a este modelo tan particular.
Lo más interesante de este Flying Star es que Bentley nunca ha fabricado un modelo shooting brake de forma oficial. Esto convierte a este coche en una pieza única para los coleccionistas. Si siempre has soñado con tener algo que nadie más tiene, esta podría ser tu oportunidad. Y, si estás pensando en pujar por él, no olvides darte una vuelta por París en febrero. Eso sí, prepara la cartera, porque esta belleza no será barata.