Además de una buena apariencia y prepararlo para unas buenas fotos, las cualidades técnicas también juegan un papel importante. Debemos ser capaces de documentar todo el período de vida en la que nosotros hayamos sido propietarios, tanto de las intervenciones realizadas en su cuidado general como en su mantenimiento mecánico.
La mecánica de un coche usado no puede comprobarse tan fácilmente, ya que el motor, la transmisión, la electrónica y muchas otras cosas sufren a diario dependiendo de las condiciones del terreno que pisen o de la forma de conducir de sus propietarios. Además, puede haber otros factores para establecer conclusiones sobre el estado mecánico del coche, como las inspecciones periódicas en los plazos indicados por el fabricante o la conservación de las facturas de reparaciones.
Mejor con la ITV al día
Cuanta más y mejor información haya sobre la vida del vehículo más confianza aportará al comprador y mayores serán las posibilidades para llevar a cabo la venta. Un punto fundamental para demostrar el estado del vehículo es la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Cuanto más reciente sea esta, mayor credibilidad le darán los compradores a su vehículo.
En este sentido, una ITV puede ser considerada como un sello de calidad y como un gran valor añadido. En resumen: haber acudido al taller regularmente y haber realizado un mantenimiento adecuado no sólo permitirá poner precios más altos sino también vender más rápido el vehículo.