Su misión no es otra que la de actuar en casos de emergencia detectando cuando el frenado debe desarrollar toda la potencia que permita el sistema montado en el coche para evitar colisiones. Su desarrollo se debió a la constatación de que los conductores solían frenar demasiado tarde o con poca intensidad en casos de emergencia, algo que suponía una serie de impactos que podían evitarse a través de una serie de sensores repartidos por el vehículo y en colaboración con la tecnología ABS.
Un poco de historia
Como se ha dicho, el EBA, nombre de este sistema por sus siglas en castellano, fue desarrollado originalmente por Mercedes-Benz para reducir la distancia de frenado que sus vehículos presentaban. Así, durante el año 1996 el sistema vio por primera vez la luz para el público en general apareciendo montado en los Clase S de la firma de la estrella. Pero esta tecnología, por su interés en la seguridad y por su alto rendimiento, no tardó en extenderse a los coches de otras marcas aunque con diferentes nomenclaturas. No es por ello extraño encontrarse siglas como DBC, SAFE, HBA o MBA, aunque en todos estos casos siempre se hace referencia a la tecnología de frenado de emergencia que desarrolló Mercedes.
Sensores del sistema EBA
Para que este sistema de emergencia se active es necesario que el ordenador de a bordo considere que existe una situación de riesgo en la que los frenos deben actuar con la máxima eficiencia posible para evitar una colisión o un atropello. Así, el sistema se basa en una serie de sensores, cuatro en concreto que actúan de forma conjunta para determinar su activación. El primero de ellos mide la velocidad de giro del pedal del freno; el segundo se encarga de calcular la fuerza que el conductor efectúa al pisarlo; el tercer sensor actúa como una unidad de control para determinar la necesidad de la puesta en funcionamiento del sistema BAS; por último, el cuarto sensor actúa sobre la presión general del circuito de frenado elevándola todo lo posible sin la necesidad de que el conductor sea consciente de ello.
Funcionamiento del sistema de frenado de emergencia
Si la velocidad del giro del freno en el pedal se supera o si la fuerza ejercida sobre él es repentina y demasiado intensa, el sistema se activa automáticamente elevando de forma bastante rápida la presión para ofrecer un frenado potente y que ocupe el menor espacio posible. Cuando esta fuerza alcanza el punto de bloqueo de los frenos, se activa también el ABS para que el conductor no pierda en ningún momento el control del vehículo por una frenada demasiado brusca. Por último, el sistema BAS se desactiva al reducir la presión ejercida sobre el pedal del freno, por lo que el conductor tampoco es conscientes de su inactivación en ningún momento desarrollándose todo el proceso de forma automática.