El control electrónico de estabilidad, nombre que se esconde detrás de la sigla ESP, es uno de los elementos de seguridad activa más recomendados por todos los expertos del motor, ya que su presencia es suficiente para evitar accidentes provocados por derrapes o sobrevirajes. Su función es la de equilibrar las ruedas del automóvil en determinadas situaciones sirviéndose para ello de la ayuda de los frenos y de otra serie de componentes sin los que no podría funcionar.
La sigla y su historia
Una vez que se sabe qué es el ESP, no está de más echarle un vistazo a la historia de un componente que, sin duda alguna, ha servido para salvar vidas. Este elemento de seguridad fue desarrollado mano a mano entre las empresas Bosch y Mercedes-Benz en el año 1985. Después de pasar todas las pruebas necesarias, el ESP fue usado por primera vez en el modelo Clase S de la firma de la estrella. No tardó mucho en hacerse un hueco como elemento imprescindible en los vehículos de nueva generación, por lo que se extendió al resto de compañías rápidamente. Según el fabricante, el sistema puede recibir el nombre de DSC, VDC o DSC, aunque lo más común es que sigan empleándose el de ESP en prácticamente todos los casos.
Cómo funciona el ESP
El sistema ESP está compuesto por varios elementos. La unidad de control electrónico o microordenador es la que se encarga de procesar la información procedente de los sensores. Estos constituyen la segunda parte de cualquier sistema ESP. Normalmente se emplea un sensor para determinar la dirección del coche, otro para la velocidad a la que gira la rueda y otro para calcular el ángulo de giro y aceleración. Estos sensores están siempre activos y su información es analizada unas 25 veces por segundo por la centralita. El resultado es que el sistema es capaz de determinar si la dirección real del coche coincide con la que el conductor está determinando a través del volante. En caso de no coincidir, el ESP actúa automáticamente usando los frenos del vehículo para reequilibrarlo.
Para qué sirve el ESP
Saber qué es el ESP aporta ya una buena pista sobre la utilidad de este sistema. Su misión no es otra que la de reducir movimientos indeseados durante la conducción en el vehículo. Su uso ha demostrado ser tremendamente efectivo para eliminar derrapes y otras situaciones que no eran nada extrañas antes de que esta tecnología se convirtiese en obligatoria para todos los coches comercializados en la Unión Europea. Esto fue el resultado de estudios que demostraron que es capaz de prevenir hasta el 80 % de los accidentes que se producen por virajes bruscos o derrapes, una cifra nada despreciable en lo que a seguridad en la carretera se refiere.