La historia de los propulsores alimentados solamente con agua común no es nueva, ya que han sido muchos los que han dicho estar cerca de conseguirlo como, por ejemplo, el ingeniero Estévez Varela en los años 70 o la compañía Genepax en Japón.
Base científica
La teoría que, según los expertos, haría posible el uso de motores alimentados con agua es la de la electrólisis de este compuesto, un proceso por el que el agua se divide en hidrógeno y oxígeno en forma de gases. Este proceso requiere del uso de electricidad para poder llevarse a cabo. Una vez que ambos compuestos se han liberado, el gas pasa a las cámaras de combustión del motor para desarrollar un proceso similar al que se realiza en los motores de gasolina o diésel comunes. Esta teoría ha sido fruto de distintas controversias, ya que no se ha demostrado su eficacia ni la posibilidad de ser llevada a cabo.
La inyección de agua en motores
Sin embargo, algo que sí ha empezado a usarse ya en modelos de competición con resultados bastante prometedores es el inyector de agua para motores. Esta tecnología, que supone un paso adelante en la idea del motor de agua para coche, se usa en propulsores de gasolina. La idea es que las cámaras de combustión son refrigeradas periódicamente por inyectores de agua que rebajan su temperatura constantemente para que se produzcan compresiones mayores de las habituales. Esto produce una mayor eficiencia del combustible sin pérdida alguna de potencia, algo que ha sido demostrado por las compañías Bosch y BMW.
Una posibilidad de futuro
Actualmente es difícil hablar de la viabilidad del motor de agua para coche, ya que no existen pruebas concluyentes de que esta tecnología pueda ser desarrollada a corto plazo. Sin embargo, los resultados de la inyección de agua son bastante interesantes. Una reducción del consumo de combustible en motores de gasolina sin que la potencia se vea reducida sí parece ser un adelanto para los usuarios de cualquier tipo, algo que está relacionado con el uso del agua en los motores de combustión limitando la necesidad de los combustibles fósiles.