A continuación, se expone todo lo que hay que saber al respecto.
¿Qué es un radiador intercooler?
Un radiador intercooler es un radiador aire-agua o aire-aire cuyo propósito es el de enfriar el aire comprimido a través del sobrelimentador o turbocompresor que equipan los motores de combustión interna. Su utilidad se fundamenta, sobre todo, en el hecho de que los gases al comprimirse se calientan, por lo que es necesario hacer descender su temperatura para optimizar el funcionamiento de la mecánica. En el caso de este tipo de vehículos, dichos gases son emitidos a entre 90 ºC y 120 ºC, lo que hace que pierdan densidad y que la masa de oxígeno por unidad de volumen decrezca.
Al producirse este efecto, la eficiencia del motor disminuye, lo que conlleva un descenso en el rendimiento del motor ya que, en el proceso de combustión, hay menos oxígeno disponible. Lo que consigue un radiador tuning intercooler es rebajar la temperatura a la que salen los gases hasta los 60 ºC, lo que se traduce en una mejora de la potencia y, en consecuencia, de un aumento del rendimiento de entre un 10 % y un 15 %. Dicho en otras palabras, un vehículo de gasolina o diésel con un motor capaz de ofrecer 100 CV con un radiador normal puede subir sus prestaciones fácilmente hasta los 110 CV o 115 CV con solo equipar un dispositivo de estas características.
¿Cuál es el mejor radiador tuning con sistema intercooler?
La mayoría de los usuarios interesados en mejorar las prestaciones de su vehículo en materia de potencia suelen decantarse por la instalación de radiadores intercooler de tipo aire-aire. Sin embargo, aquellos que desean llevar la experiencia de uso un paso más allá, optan por los de tipo aire-agua. Sin duda, estos son más caros y menos frecuentes, pero ofrecen algunas prestaciones adicionales realmente interesantes. Su funcionamiento es similar al relatado anteriormente, solo que aplican un pequeño chorro de agua sobre la parte exterior del sistema con el propósito de humedecerlo y que, al evaporarse, baje la temperatura aún más. Esto se traduce en un incremento adicional y temporal de la potencia.
En los casos más extremos, es decir, en el de los más fieles apasionados al tuning, han llegado a montarse sistemas intercooler de aire-agua que alcanzan la congelación por cortos plazos de tiempo con el propósito de ganar aún más potencia adicional. Sin embargo, este proceso es realmente complejo y, por lo general, la tecnología necesaria también resulta muy costosa. Y es que, para conseguir este peculiar efecto, es necesario aplicar descargas de dióxido de carbono comprimido en lugar de agua sobre la superficie del sistema.